CAPITULO X

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—Oye Nancy... —sonríe de forma picara — ¿Y ya eres amiga de Cristian?... —pregunta Elena al recordar lo radical que era su postura con él.

—No amiga como tal —evade —Solo lo trato.

—Te digo porque te he visto varias veces con él, bueno sabes que ya viene su cumple y pues queremos contratar a su banda favorita para que toque en su cumpleaños, entonces ya que no tenemos clase queremos ir ahorita hablar con el mánager de la banda, es para saber si nos quieres acompañar.

—Bien lo de la banda pero no vallan ustedes, yo me ofrezco a colaborar con lo que necesiten eso sí.

—Pero porque Nancy, así pasamos un rato diferente.

—No Elena, vallan ustedes sí.

—Bueno, pero la próxima si nos acompañas.

—Ok...

Mientras sus compañeros se divierten en el centro comercial Nancy encabeza su día a día como su típico día ordinario, lo que su abuela no le agrada mucho.

—Abuela ya llegue...

— ¿Y eso que llegaste tan temprano?

—Los profesores de las ultimas clases no asistieron por eso salí temprano. ¿Y ya hiciste la comida?, ¿En qué te ayudo?

—Ya todo está listo hija, descanse o más bien salga a distraerse, así se aleja de las preocupaciones un poco.

—Hay abuela si supiera que me invitaron al centro comercial y no quise ir.

—Deberías disfrutar tú juventud Nancy, salir más a menudo, tú madre no está sola, estamos las dos en esto recuerdas.

—Sí pero, no sé, todavía me afecta la muerte de mi papá y no me agrada estar feliz mientras mi mamá está en una cama.

—Pero hija...

—Sé lo que me va a decir abuela, y tiene razón no puedo echarme a morir también con ellos.

—Además ni tú madre ni tú padre les gustaría que sólo estemos trabajando o en la clínica.

—Sí es cierto abue. Pero mañana voy a trabajar, sé que me dijiste que no lo hiciera pero quiero hacerlo sí.

—Bueno hija sí es tú decisión.

Esa noche Nancy se acostó temprano ya que sabía lo que el día siguiente le esperaba ya que no solo iría a su trabajo habitual donde la señora Nora sino que también pasaría antes donde la señora Gloria a lavarle una ropa, y aunque el día amaneció con una mañana fría se ducho, desayuno una arepa y con un suéter verde se fue a la universidad a entregar un trabajo. Ya a las 9:00 am celebraba 19 puntos que había sacado en el trabajo, visitaba a su mama y con un sándwich de jamón y queso se iba a trabajar. Al llegar donde la señora Gloria, Nancy dudo un poco ya que era una cantidad de ropa que ella no se esperaba pero mirando el reloj que marcaba las 9:43 de la mañana empezó a remojar cada prenda y con jabón inicio a la lavar, yendo luego donde Nora para así concluir su día de labor a las 8:00 de la noche no marchándose antes sin prepararle un café a la señora. Nancy se va rumbo a su parada de bus no evitando mirar a la ferretería donde trabaja Cristian, el mismo quien está atento para verla a ella pasar.

—Hola, ¿Y eso que saliste tan tarde? —pregunta Cristian.

—La casa estaba súper sucia, sobre todo la cocina.

—Bueno al graduarte dejaras de trabajar en esas casas de familias.

—Eso sí.

— ¿Te acompañó a la parada del bus?

—Si quieres... —sonríe.

Cristian se sintió feliz ya que esta vez Nancy no le había hablado odioso ni repelente, ambos siguen hablando en todo el camino hasta que toman sus respectivos buses, pero esta vez Cristian va a casa deseando no pensar en Nancy o en lo que estaba empezando a sentir por ella.

—Hola hijo ¿Cómo te fue? —le pregunta su madre.

—Todo bien mamá, ya me voy a bañar.

—Suena su celular y contesta —Hola Luis.

— ¿Cómo te preparas para tú cumple pana?

—Pues bien, solo espero el día para la rumba.

—Y más cuando veas la sorpresa que te estamos preparando... —ríe.

—Huy sorpresa eso si me gusta, ¿Y qué será?

—Sorpresa es sorpresa pana, te tendrás que esperar hasta el día de la fiesta. ¿Y dime alguna novia para que te apapache ese día?

—Se muerde los labios al pensar en Nancy –Noo, estoy soltero, sólo disfrutando.

—Así es mejor mi pana, quien quita que te ligues a varias chicas ese día.

—Pues si quien quita, sabes ahorita vi a Nancy.

— ¿Nancy?..., viste sí había alguien...

—No..., no es nada de eso, sólo te digo que la vi.

—Ya te veré de novio con ella... —bromea.

—No chamo, yo a ella la respeto. Ella no tiene una vida como cualquier otra chica, sabias que su mamá está en coma y su papá lo mataron para robarlo, ella vive con su abuela y se la pasa trabajando de servicio domestico.

—Si yo había escuchado algo por ahí. ¿Y que, ella te lo conto?

—Si Luis pero no es mentira, yo lo comprobé.

—No, no lo digo por eso. ¿Y tú no has ido mas donde Adolfo?

—Pues tengo rato que no voy —sonríe —Sabes lo que Nancy me dijo en la cara que un malandro como yo mato a su papa.

—Sonríe — ¿Enserio?...

—Sí, pero no creas que por eso voy a dejar de ser delincuente es malo y todo, pero me da dinero.

—Dinero es dinero verdad.

—Eso es correcto.

Aunque el orgullo de Cristián no deje admitir que las palabras de Nancy hicieron algún efecto en él, el sabe que si. 

Manzana OscuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora