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Los Ángeles, California Nala'spov!
Vinnie estacionó su auto en frente de mi edificio y giro a verme con una sonrisa brillante.
—La pase increíble hoy, Nalita. —ladea un poco su cabeza llena de rizos.
—Lo mismo digo, Hacker. —le sonrío encantada, siendo completamente sincera con el. Hoy la pasé increíblemente bien a su lado.
Se me queda mirando un tiempo que considero un poco largo, pero aparta la mirada hacia el edificio donde vivo. Puso una mueca de curiosidad y devolvió su vista hacia mi.
—¿Esa es tu cueva?. —pregunta, con interés. Señalando el edificio con un su dedo.
Me encojo un poco de hombros y asiento con la cabeza.
—Podria decirse. —susurro. —Se que parece un lugar para morirse de la tristeza, pero por dentro es muy bonito. Lo tengo bien cuidado.
—¿Y cuando podré conocerlo por dentro?. —enarca una ceja hacia mi y ladea una sonrisa, yo enrojezco de pies a cabeza.
—Eh, invítame a tomar un café primero, luego te mostraré mi intimidad. —al segundo que lo digo me arrepiento. —Ay, no. ¿Sono tan feo como creo?.
El asiente con su cabeza, y me muestra una perfecta sonrisa de oreja a oreja. Si que es bonito el desgraciado.
—Si, Nalita. Sonó súper mal. —se ríe de mi.
—Ay, no. —me paso una mano por la cara y busco cambiar de tema.
—Tranquila, preciosa. Claro que te invitaré a tomar un café. —me asegura, logrando que mi vista vuelva a el.
—Que era broma, eh. No malgastes dinero en mi. —le digo, casi en un susurro.
Me mira entre curioso y confundido. Y puedo notar el momento perfecto en el que se inclina un poco más a mi cuerpo.
—¿Malgastar? Nada que tenga que ver contigo es un malgastó, Nala. No seas tan dura contigo misma. —dice, con los ojitos brillandole de una forma hermosa.
Ya me gustaría a mí no ser tan dura conmigo. Pero se que si no lo soy yo, ¿quien lo será?. No puedo permitirme estar tranquila o sin preocupaciones, porque las veces que hice eso, una tempestad se acercó a mí y me destruyó en todos los sentidos. No quiero que vuelva a pasar, por nada en el mundo deseo repetir esa experiencia en mi vida.
Eso es algo que Vinnie no sabe. Sin dudas lo que Jonas me hizo fue malo, pero no lo peor que tuve que vivir.
—Lo se solo... —busco las palabras correctas. —No me gusta recibir cosas, ¿sabes?. No estoy acostumbrada y eso. Es absurdo.
