Capítulo 1

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𝑻𝒖́ 𝒗𝒊𝒅𝒂 𝒚𝒂 𝒆𝒔𝒕𝒂́ 𝒉𝒆𝒄𝒉𝒂

Después de tomar una ducha y arreglarme salí, mi hermano ya estaba sentado en mi cama esperándome, pues mis hermanos suelen llevarme a la escuela. 

— Sabes, algunos chicos prefieren que las chicas no usen demasiado perfume, hueles a zorrillo mojado.

— Oh, muchas gracias, seré un zorrillo muy dulce el día de hoy, te recuerdo que es tú deber llevarme y traerme de la escuela, hermanito  — Me acerque a él y pellizque su mejilla.

— Claro, como somos tus choferes personales podemos ir y venir por ti —solo se limito a mover sus ojos hacia a arriba en señal de irritación.

— Vamos Mer, sabes que mamá te mataría si llego a ir sola a la escuela, es más —Tome mi perfume— si tan solo tuvieras un poco de inteligencia, sabrías que lo que más nos gusta a las mujeres de un chico es su perfume, y querido hermanito, el tuyo huele horrible —Le rocíe perfume, de un manotazo mi perfume bolo a la cama— ahora sí, ya hueles delicioso con tú permiso, te espero abajo.

Y Salí, baje las escaleras, mi casa no era muy grande ni muy pequeña, tenía el tamaño suficiente para las escorias de hermanos que tenía, la casa solía a oler a alguna vela aromática o un incienso que mamá compraba, está vez olía a hierbabuena y manzanilla

— Vas a ir vestida así?, Meiret —La cara de desaprobación de mi hermano Mirko apareció en mi campo de visión.

— Si ¿Por qué?, No tiene nada de malo, es más, está mucho mejor mi atuendo que el espantoso aroma de Mer.

— Bien, pero esos no son atuendos que se verían bien en nuestra familia, especialmente en tí.

Abrí la boca para decir algo, pero no salió ninguna palabra de parte mía así que solo asentí, salí de casa y subí al auto de Mercurio y allí lo espere, vamos mi atuendo no está tan mal, diría yo que es simple, más tarde hablaré con mamá.

— Que piensas, bicho? —la mirada de mercurio se poso en mi.

— Ah… Nada, solo que ya vamos tarde —sonreí.

— Vamos, aún es temprano de todas formas no podemos salir sin los escoltas.

— Mira, viene papá —Sali del auto directo a saludar a mi papá, mi papá es lindo, a pesar de su ambición, jamás a tratado mal a sus hijos, traía su celular en la mano, al parecer venía hablando con alguien del trabajo.

— Hola, cielo, mer —Me abrazo y a mi hermano igual— Lamento decirles esto, pero tendrán que ir todos juntos a la escuela, no pueden usar sus autos, es por seguridad, asi que suban a las camionetas, por favor. Los escoltas pronto los llevarán a todos a la escuela —Volvió a poner su celular en la oreja — Por cierto, ya les deposite a todos algo de dinero para la semana – Y se fue.

— Bien, arriba —Mer levantó los hombros y se dirigió a la camioneta, yo iba detrás de el, uno de los escoltas de papá me dio la mano para subir, subí y detrás mío venía Mirko moviendo sus dedos en el celular, después de el cerraron la puerta.

— Bueno… ¿Tú que traes el día de hoy? —Mire a mirko quien iba sentado enfrente de mi.

— ¿Yo?, Nada —su mirada paso del teléfono a la ventana pero en ningún momento me miró a mí.

— Estas raro —lo mire y seguido a Mer— verdad que está raro.

— Vamos Mei, no atormentes a Mirko, tiene que estar cansado pues la fiesta que tuvo ayer, según oi fue la mejor del año o ¿Me equivoco Mirko?, No se supone que deberías de comportarte mejor solo por ser el hermano “mayor” —Mer miro a Mirko y este solo le saco el dedo corazón.

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