Día 22.

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Día 22.

El cartero se acercó a la sede oficial para dejar el paquete por el que le habían enviado. Pasó el control de seguridad, extrañándose al no ver a nadie por ahí cerca, así que se acercó a la zona central, donde se suponía que habían más de 15 agentes investigando casos de terrorismo y secuestros.

Al entrar en la zona central, se sorprendió más aún al no ver ningún agente y los ordenadores apagados. Salió de esa sala cerrando la puerta detrás de él; caminando en busca de alguien por uno de los tantos pasillos, finalmente vio a un agente en la esquina del pasillo siguiente en que él estaba. Para mejorar la situación, era uno de los mejores; un poco joven, pero muy bien cualificado para estar allí. En su opinión, uno de los pocos que podía superar fácilmente a muchos de los que llevaban más de media vida trabajando ahí.

- ¡Agente Barton! ¡Agente Barton!- le gritó alcanzándolo corriendo, al mismo tiempo que el chico se giraba en su dirección.

- ¡Hey! ¡Agente Espinosa! ¿Qué tal estás?- le preguntó Barton, estrechándole la mano para después abrazarlo.

- Cuanta efusividad. ¿Y ese abrazo?- le preguntó extrañado el más pequeño. Se conocían desde pequeños y habían sido muy buenos amigos, aunque uno fuera unos años más mayor que el otro; por eso tenían esa confianza entre los dos.

- ¿Qué pasa? ¿Ya no puedo ni abrazar a mi amigo de toda la vida? Ale pues, me indigno.- se cruzó de brazos y le dio la espalda, ignorando al chico con el que acababa de “enfadarse”.

- Oh, ¡venga ya, Clint! Sabes que lo digo de broma, me encanta que demuestres lo mucho que me amas… amor.- le respondió guiñándole el ojo cuando el chico se volvió a girar.

- No seas imbécil. ¿Cómo puedo ser amigo tuyo´?- le dijo dándole un puñetazo amistoso en el hombro, sin mucha fuerza.

- Sabes que me amas… ¡Ay! ¡Eso duele!- reaccionó cuando sintió dolor en el brazo golpeado.

- Pero si lo he hecho sin fuerza, qué me estás contando... Si eso te ha dolido mejor no te acerques al Capitán América, ese te disloca el hombro con tocarte.- le aconsejó apoyando su mano en su propio hombro, dándole a entender que él ya había pasado eso.- Y, en todo caso, ¿a qué has venido? No es que no me alegre de verte, pero las cosas estas pesan un huevo.- dijo señalando el material que antes llevaba en los hombros y que ahora estaba en el suelo: el carcaj de las flechas y la funda con su arco dentro. Las dos armas fabricadas con un pesado metal, pero que él conseguía llevar en su espalda en todas y cada una de sus misiones.

- Ah, lo siento. Han traído un paquete para Fury. ¿Se lo das tú?

- Sí... Claaaro, yo se lo doy...

- ¿Qué haces abriéndolo? ¿No te acabo de decir que es para Fury?- le gritó al ver cómo rasgaba el paquete para ver lo que había dentro.

- Ya, pero no se sabe cuándo volverá el jefe.- se calló al abrir la caja de cartón que contenía el paquete.- Es un DVD.- anunció el contenido de la caja, extrañado.

- ¿Un DVD? Qué raro.- Miró al arquero a la cara y vio su mirada divertida y curiosa. - Por qué... ¿Por qué me miras así?

- Vamos a ver el DVD.- dijo seguro Clint cogiendo las fundas y colgándoselas a los hombros.- Toma, haz algo por la patria.- dijo entregándole la caja con el vídeo dentro mientras él caminaba con una agilidad y un equilibrio sorprendente para llevar todo ese peso en la espalda.

- Pero no podemos verlo, ahí pone claramente que es para Nick Fury.- replicó Espinosa cogiendo de la chaqueta a Clint para evitar que siguiera caminando, pero no le sirvió.

- No estaba preguntando, sólo te informo de que yo voy a ir a verlo, por si quieres venir tú también. Sé que te reconcome la curiosidad.- añadió señalando con los ojos la caja en las manos del rubio bajito.

¡Está bien! Lo has vuelto a hacer, me has convencido.- dijo resignado siguiendo al otro rubio de vuelta a la zona central.

Oye, y si te das cuenta, en el paquete pone Nick Fury y Tony Stark.- dijo Clint mientras se acercaba al proyector que estaba en medio de la sala, ocupando demasiado espacio.

- Es cierto. Es muy raro.- afirmó el cartero a las palabras de su amigo. Espinosa sonrió al ver a Clint pensativo intentando averiguar el funcionamiento del proyector.

Clint notó que alguien lo estaba observando , y su lógica le dijo que era Matt, ya que ellos dos eran los únicos que estaban allí, así que se giró y lo vio con una sonrisa plasmada en su rostro

- ¿Qué te pasa, Matt? ¿Por qué me miras así? Das miedo.- dijo intentando agacharse para esconderse detrás de una mesa, asomando sólo los ojos.

- Nada, es sólo que me alegro de verte mejor, después de “eso”.- explicó haciendo un énfasis especial en la segunda palabra.

- ¿Qué? ¿Qué es “eso”?- preguntó, recalcando la última palabra exageradamente.

- Ya sabes... Lo de Natasha...- al ver la reacción de su amigo al escuchar el nombre de la chica se dio cuenta de que la había cagado. Y mucho.

Clint bajó la mirada hacia el suelo, y toda la alegría y buen humor que tenía se fue, dejando paso a un estado de shock y depresión que sólo dejaba salir cuando creía que nadie podía verle y así criticarle.

- Bueeeeno, cambiemos de tema, ¿verdad?- al no escuchar ninguna respuesta por parte del arquero confirmó su propia pregunta.- Cambiemos de tema. ¿Has conseguido encender el proyector?

- La tecnología no es mi fuerte.- dijo sonriendo un poco.

- Ñe, parece mentira que seas un agente de S.H.I.E.L.D. y no sepas cómo encender un proyector.- dijo encendiendo el aparato que Clint no había sabido encender.

- Lo mío son las flechas y la puntería, no la tecnología. Tú lo sabes.- reafirmó sonriendo al acordarse de alguna cosa relacionada con el tema del que estaban hablando.

- Cierto, cierto. Bueno, siéntate donde quieras que ya he puesto el DVD.- anunció Matt alcanzando una silla de una de las mesas. Clint, sin embargo, se subió a una de las mesas y desde allí saltó a una estantería y se sentó ahí arriba, sin tirar nada en medio de su salto. Matt lo miró fascinado e impresionado.

- ¿Como haces eso? En serio, yo lo habría tirado todo. Hasta esa maceta que está a 20 metros. Bueno, da igual, ya empieza lo que sea esto.

Clint dirigió su mirada hacia la pantalla blanca que empezó a reproducir un vídeo. La pantalla mostraba una habitación oscura en la que se encontraba una silueta oscura de una persona, y dos otras personas que hablaban en un idioma diferente al que ellos hablaban, estaban hablando en turco. Al haber tenido que aprender la mayoría de los idiomas para S.H.I.E.L.D. podía entender fácilmente lo que decían.

La imagen cambió de forma, dejando ver que la silueta oscura correspondía a una chica, 16 años aproximadamente, con el pelo castaño sucio , al igual que su cara, la cual representaba restos de suciedad. Al mirarla a los ojos, azules, supo que la conocía de algo, o al menos alguna vez la había visto.

Apartó la vista de la pantalla y se giró hacia el sonido que había escuchado, encontrándose a Matt con una mano en la boca; el sonido probablemente venía del grito que había intentado callar, pero al estar su mano delante había sonado como algo raro.

- ¿Qué pasa, Matt? ¿La conoces?- preguntó extrañado al ver su cara sorprendida.

- Claro que la conozco. Es mi mejor amiga.- dijo el cartero sentándose delante de la mesa y dejando caer su cabeza.- Lily. La hija de Tony Stark.

scarred [PRÓXIMAMENTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora