- Capítulo 12 -

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Ambos estaban en la cama, viéndose sin poder creer lo que había pasado.

Ella sabía que estaba perdida, que había un antes y un después de haber estado con Bill. Se había dejado llevar por lo que sentía, estaba expuesta. Ya no había lugar en donde esconderse.

Él sabía lo que significaba haber estado con ella. Alida ya no era una opción y sus decisiones ya no la contemplaban. Ciertamente aún no sabía que era lo que la castaña tenía, pero quería quedarse entre sus brazos a averiguarlo.

Era algo más lo que los unía desde aquella primera vez en la recepción de Diamond Place.

- ¿Qué es lo que tienes? - Evocó una vez más el sueco mientras acariciaba la mejilla de la castaña con un dedo. - ¿Qué es lo que no puedo ver pero siento que no puedo dejar de buscar en tu mirada?

Por su parte la castaña miraba con una sonrisa a sus profundos ojos, no podía ocultar su dicha, escuchaba y observaba atentamente todo lo que él hacía...

- ¿Quién eres? Y, ¿Por qué no puedo negarme a tus caprichos? - Dijo casi en un susurro ella.

- Esa es muy buena información - Dijo Bill sonriendo con malicia. - Prometo usarla bien...

- Eso espero - Redobló ella, acercándose y depositando un firme beso en sus labios.

Bill enredó sus dedos en aquella castaña melena y profundizó el beso atrayéndola hacía él. Estaban semi-vestidos pero esa poca ropa les estorbaba.

- No puedo evitar necesitarte a cada momento - Le susurró el sueco entre beso y beso.

- Aquí estoy y no es que vaya a dejarte ir tan fácil - Respondió ella con tono desafiante.

La noche transcurrió mientras ambos se besaban, acariciaban y se exploraban.

La noche transcurrió mientras ambos se besaban, acariciaban y se exploraban

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______ no podía creer lo hermoso y perfecto que era ese hombre. Todo él. Sus ojos, sus labios, su torso, su ancha espalda y largos brazos. Esas largas piernas... Solo quería que sus manos recordaran cada centímetro del cuerpo que tenía a su lado. Su olor era embriagante, ¿Podía alguien tener un olor tan exquisito? Cada vez que podía respiraba su perfume, quería impregnarse de todo lo que Bill era y conformaba. Estaba sedienta de él y él estaba a su disposición. Estaba tocando el cielo con las manos.

Él la observaba. Observaba sus reacciones cuando sus manos viajaban desde su espalda hasta su cola, cuando la apretaba firmemente y la atraía hacia él. Ella soltaba suspiros cargados de deseo y a Bill le encantaba oírlos. Besaba su cuello y sentía sus gemidos ahogados, en ese momento no habías otro sonido que lo pusiera más caliente, la necesitaba. Necesitaba estar dentro de ella y escucharla gemir.

 Necesitaba estar dentro de ella y escucharla gemir

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El placer de conocerte  ➜  ⚠️  ✚ 18 ⚠️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora