¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Niñas, ¿Qué les he dicho?
La pequeña SoMi, de siete años, hizo un puchero mientras le agarraba la mano a YeJi, de tres. Christopher sonrió, poniéndose de cuclillas para quedar a la altura de las pequeñas.
—Que no debemos meternos a tu oficina —dijo SoMi, poniendo una expresión triste.
Christopher abrió la boca para decirles algo, pero en ese momento, la puerta fue abierta estrepitosamente.
—¡Aquí están!
El alfa rodó los ojos al ver a JeongIn entrar corriendo, con el cabello despeinado y una mirada de preocupación. El omega miró a Chris, haciendo un puchero y viéndose igualito a su pequeña hija.
—Lo siento —se disculpó JeongIn—, me desconcentré un segundo y salieron corriendo a buscarte, Chris.
Christopher le agarró la mano al menor, dándole un beso en sus dedos, y notó enseguida la forma en la que se relajó. Eso siempre parecía calmarlo.
—Está bien, Innie —Christopher le soltó antes de agarrar a SoMi, elevándola por los aires y sacándole una risa—, son mis bebés, después de todo.
Notó la expresión de felicidad en el rostro de JeongIn ante sus palabras, aliviado de ver que su alfa quería a las cachorritas que le dio. Contento de ver que Christopher no era como su padre y si se preocupaba de sus hijas.
JeongIn pensó brevemente en eso. DongGeun había fallecido de un infarto –quién lo diría–, cuando JeongIn estaba esperando a su primera cachorrita, siete años atrás y un año después de que Christopher y JeongIn se casaran. La muerte del Alfa provocó un breve caos en la manada, todos apuntando a un nuevo líder, y cuyo pesó cayó finalmente sobre Christopher, al estar casado con el hijo menor de DongGeun.
El muchacho había querido negarse varias veces, especialmente porque tenía sólo veintiún años, ¡no estaba habilitado para dirigir una manada! Pero no existía una persona que quisiera disputar por el poder, ni siquiera algún hombre mayor, porque todos sabían la carga que significaba ser un Alfa de manada. Ni ChangBin quería asumir ese papel. Así que era Christopher... o el idiota de WooShik.
JeongIn estuvo muy nervioso esos días, en los que Christopher ya asumió como Alfa, tratando de hacer todo bien, pero fracasando torpemente. El mayor, entonces, decidió hablar con él y mientras conversaban, el omega se puso a llorar y le confesó que tenía miedo de que Christopher se encegueciera por el poder, como pasó con su padre, y le tratara mal. El alfa le prometió por su vida que jamás actuaría de esa manera con él, pero Christopher sabía que a JeongIn todavía le costaba creerle un poco.
No importaba, no realmente, porque Christopher había aprendido a querer a JeongIn con el paso del tiempo. No podía decir firmemente que le amaba, de la misma manera en que sabía que el omega no le amaba, pero los dos se entendían bien, pasaban buenos momentos y se querían. La rutina, a veces, era fastidiosa, sin embargo, podía ser también muy agradable y cómoda.
