(BingQiu🔞)

Día 25: sex* en el escritorio

Resumen:

Shen Qingqiu solo quiere darle las buenas noches a su esposo, pero Luo Binghe tiene otras ideas.

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Shen Qingqiu se mordió la base del pulgar con fuerza y ​​trató de amortiguar sus ruidos. No sirvio. Luo Binghe envolvió su mano alrededor de la de Shen Qingqiu de manera protectora y Shen Qingqiu le mordió la mano por despecho. Luo Binghe dio un gemido bajo y empujó su polla otro centímetro más en el trasero de Shen Qingqiu, empujando a Shen Qingqiu varios centímetros sobre el escritorio de Binghe. El gemido de Shen Qingqiu vibró contra la carne entre sus dientes.

"Vamos, Shizun", rogó Luo Binghe, sonando como su ovejita blanca en lugar del Emperador Demonio en el que se había convertido. "Quiero escuchar los bonitos sonidos que haces".

¡Insolente! El rubor de Shen Qingqiu se extendió desde sus mejillas hasta su pecho, donde estaba desarrollando quemaduras al ser follado en el enorme escritorio de Luo Binghe.

¡Había venido a desearle buenas noches a su esposo antes de retirarse a su habitación y este fue el agradecimiento que recibió por ser cortés! Vea si volvió a decir buenas noches a Luo Binghe durante el resto de la semana. Estaba tan jodidamente cansado después de un largo día en una larga semana en un largo mes de negociaciones diplomáticas. Solo quería irse a la cama, pero aparentemente, Luo Binghe consideraba que su expresión exhausta era insoportablemente sexy. Luo Binghe consideraba la mayoría de las cosas sobre su esposo insoportablemente sexy. Shen Qingqiu realmente debería internalizar ese hecho, pensó para sí mismo con desesperación.

En lugar de acurrucarse en su gran cama y dormir durante todo un día, Shen Qingqiu se encontró con la túnica levantada, los pantalones bajados y el trasero completamente expuesto para el placer de su esposo. El cálido pecho de Binghe presionó contra su espalda, inmovilizándolo contra la dura superficie del escritorio.

La mano de Binghe acarició la piel desnuda de la cadera de Shen Qingqiu con reverencia.

"Relájate por mí, shizun", dijo Binghe.

"Deja de llamarme así", siseó Shen Qingqiu, pero hizo lo que se le pidió. Tuvo que soltar su mordisco para hablar y el gemido que dejó escapar cuando Binghe se deslizó en los últimos centímetros rebotó alrededor de las paredes de piedra de la oficina de Binghe. Escondió su rostro en el hueco de su brazo.

Sus actividades no eran privadas de las otras personas que vivían y trabajaban en el palacio, pero Shen Qingqiu tuvo que al menos hacer un esfuerzo por ser discreto. Si no oponía resistencia, Luo Binghe encontraría la manera de follarlo a la vista de otras personas, específicamente Liu Qingge o Yue Qingyuan. Shen Qingqiu podría morir si eso sucediera.

Hasta el momento, su esposo se había llevado a Shen Qingqiu a la sala del trono, sus dormitorios, sus anticámaras, varias de las habitaciones de invitados y la mayoría de las oficinas. Ya era lo suficientemente tarde como para que la mayoría de los sirvientes se hubieran ido a casa, lo que no pudo decir en un par de encuentros.

Shen Qingqiu ocultó su cara ardiente y se permitió relajarse un poco en el placer. Ya estaba bastante avergonzado solo de hablar de sexo, y ahora se las había arreglado para casarse con un masoquista incurable y exhibicionista. Shen Qingqiu se preguntó una vez más cómo se las había arreglado para terminar con esta vida.

Luo Binghe acarició la parte posterior del cuello de Shen Qingqiu y presionó besos en la piel desnuda allí. Por lo general, la ropa de Shen Qingqiu era tan ajustada y adecuada que ni siquiera su cuello estaba expuesto, pero se estaba preparando para ir a la cama y su ropa interior era mucho más holgada y delgada que su ropa normal. Fue fácil para Luo Binghe apartar el cuello de su bata y morder las protuberancias de la columna vertebral de Shen Qingqiu, dejando marcas rojas en su suave piel.