Prólogo

3 0 0
                                    

Hey que tal? Mi nombre es Christian y les quiero contar un par de cosas extrañas que me han pasado últimamente. Para mí hacer esto es estúpido pero mi psicólogo me lo recomendó para "liberar lo que siento y auto conocerme" yo no le encuentro sentido, pero el profesional es el.

Ok, supongo que debo de comenzar a contar mis intimidades.

Recuerdo que todo comenzó la noche del viernes. Ese día mi mejor amigo Anthony me invitó a una fiesta pero no tenía ánimos de ir, por lo que le cancelé a último minuto, les soy sincero me arrepiento de eso ya que quizás si fuese ido yo no estaría escribiendo aquí como un niño depresivo. En fin. Cómo no quería estar solo invité a Gabriela, una amiga para pasar bien el rato.

- Hey Gabriela ¿Que tal? Sabes estoy en mi casa aburrido y quería saber si querías pasar bien el rato.

-¿Que? - se escuchó una voz gruesa y masculina a través del teléfono. - ¿Quien eres y porque estás buscando a mi hija?

En ese momento me di cuenta que no era ella sino su padre. Sonreí de lado y colgué el teléfono. En seguida recordé que en una ocasión ella me confesó como era su relación con su padre, celoso y sobreprotector. Y ya saben lo que dicen "mientras más la cuides peor sale".

Sinceramente espero que no tenga problemas, ella sabe mentir bien así que prefiero no preocuparme.

Como no tenía nada interesante que hacer decidí ir al sótano donde tengo todas mis guitarras, tocar un poco me haría pasar el tiempo más rápido.

Bajé y comencé a grabar para luego subirlo a tiktok. Todo salió bien. Nada fuera de lo común.

Recuerdo que toqué como un desgraciado, me dolían los dedos pero nunca me detuve, es ese momento preciso dónde sientes que ya no eres una persona sino parte del instrumento, esa pasión tan grande con la música que me llena y me hace sentir completo.

Finalice con un buen Sol, mi pecho subía y bajaba mientras mi respiración se mantenía agitaba, adoro está sensación.

Coloqué mi guitarra en su lugar correspondido y dejé mi teléfono sobre una mesita pequeña que adornaba el ambiente, me senté en el sillón pero un sonido captó mi atención, era una lata de pintura que se calló al piso, afortunadamente no se desprendió la tapa.

Eso me pareció un poco extraño pero decidí no darle importancia, me levanté del sofá y camine hacia la lata para volverla a poner en su sitio.

En eso escuché otro sonido muy similar pero detrás de mi, volteo súper rápido y veo que otras cosas se cayeron de la repisa dónde estaba.

Me asusté un poco así que decidí salir de allí. Me dirijo a tomar mi celular pero en eso este se desliza suavemente hacia mi. Eso me asustó mucho más. Lo tomé y salí corriendo de allí, entre en mi habitación y me acosté en mi cama.

No sabía que hacer para distraerme y no pensar en lo sucedido, nunca me había pasado algo así, por ende no creía en fantasma, creo que Dios y solo porque mi familia es católica y me crío de esa manera.

Me entretuve editando los vídeos desde mi celular, creo que fue lo mejor que pude hacer ya que así me calmé.

Esa noche no pasó más nada, o eso creo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 30, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Bomba AtómicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora