Prólogo

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EMMA

La música suena a todo volumen, observo a mi alrededor y arrugo un poco las cejas al ver a chicos drogandose y bailando de manera exagerada. En toda la casa están puestas unas luces led las cuales dejan iluminado todo de púrpura.

Esto me recordó a la serie Euphoria.

Tomo un sorbo de mi bebida y comienzo a caminar hacia el jardín. De la nada, siento como una mano me toma de la muñeca para frenarme y hacer que voltee. Sin evitarlo sonrío como idiota y lo abrazo; aquellos musculosos brazos me rodean y me aprietan suavemente.

—Viniste —digo alzando la voz una vez que nos separamos.

Él me regala una sonrisa dejando ver esos perfectos dientes que tiene. Rápidamente le doy un vistazo: Remera blanca ajustada lo necesario para resaltar su pecho y hombros, Jeans claros —un poco anchos— y converse negros.

—Estas vestido como de los 80.

—Quise cambiar un poco mi estilo—responde acercándose a mi oído para que pueda escucharlo mejor ya que está más alto que antes.

—Ven—lo jalo de la mano hacia el jardín, donde se puede hablar mejor.

Ambos caminamos hacia la piscina que se encuentra iluminada y nos sentamos en el borde. Cruzo mis piernas para mirarlo de frente, el sigue de perfil.

—¿Al final no ibas a...?

Niega con la cabeza y gira su rostro hacia mi.

—No quise dejarte sola.

Doy una leve sonrisa.

—No estoy sola.. Rory vino conmigo.

Sus increíbles ojos azules miran hacia los lados y frunce un poco el ceño.

—No la veo por ningún lado.

Ruedo los ojos divertida.

—Tenía que discutir un asunto con alguien.

El castaño a mi lado entrecierra un pocos los ojos y vuelve a sonreír; dándome paz.

No me acostumbro a su belleza.

Llevo una mano a su cabello para agitarlo un poco, está perfectamente despeinado.

—¿Tu madre te llamó?

El asiente con la cabeza mientras ve al horizonte ya casi oscuro por completo.

—Están bien, me dijo que hoy Sam y tu hermano se fueron con Marco a comprar dulces.

Sonrío con nostalgia.

Extraño a mi enano..

Marco cambió—opino— bastante.

—Si..—se levanta para quitarse de una sola jalada su remera— Bueno, que tal si.. ¿nadamos?

Quedo con la boca entreabierta al verlo semidesnudo al frente de mi, ya que también acaba de quitarse sus jeans; dejándose únicamente su bóxer negro.

Toma impulso y se tira de voltereta al agua. Segundos después lo veo salir a la superficie y sacudir su cabeza como todo un perrito. La luz de la piscina lo ilumina y lo hace ver más atractivo de lo que ya es.

—Ven, Chica Londres—dice y se acerca a donde estoy y coloca su manos en mis rodillas para acercarse más a mi rostro.

—No—sonrió.

—Si.

—No.

De la nada comienza a salpicarme haciendo que me levante y termine asintiendo. Me saco el vestido y rápidamente corro para tirarme de chapuzón. Saco la cabeza para respirar y reír junto a él, se ve tierno con el cabello pegado a su frente y con sus mejillas rosadas.

Charlie se acerca lentamente hacia a mi; haciendo que mi corazón empiece a latir rápido. No dice nada y ni sonríe, solo me observa como si estuviese viendo algo delicado que no sabe si acercarse completamente a verlo o mejor quedarse en su lugar. Mis impulsos me llevan a acercarme también hasta que sus manos se colocan con suavidad en mi cuello y su mirada cae en mis labios.

Cierro los ojos y me dejo llevar en aquel lento y tierno beso. Es un beso que dice mil palabras y en el que los dos transmitimos nuestra conexión, cuanto nos queremos. Charlie inclina su cabeza hacia un lado para profundizar el beso, yo llevo mi mano hacia su pelo y lo acaricio.

Ambos detenemos el beso para agarrar aire y antes de separarnos me da uno corto y rápido.

—Te quiero—dice en voz baja mientras sus ojos me miran con aquel mismo brillo con el que me miraba cuando era su cumpleaños y estábamos solos en el parque.

Sonrío y levanto una ceja para agarrarme de sus hombros y hundirlo. El toma fuerzas y sale rápidamente y me agarra para esta vez hundirme con él; haciendo que trague agua.

Salgo a la superficie para empezar a toser, el sale y se acerca a mi viéndome arrepentido.

—Emma.. perdón yo no—

Volteo a verlo.

—Te quiero más.

El suelta una risita y nos vuelve a hundir.

Charlie Moore, no te alejes de mi nunca.

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¡Buenas! Espero que hayan disfrutado del prólogo muy pronto comenzaré con las actualizaciones de esta historia así que prepárense.
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-P

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