Capitulo I

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Mónica I. Maldonado
No pueden imaginar lo emocionada que estoy, hoy por fin el nuevo proyecto en el que participaré ha comenzado a tomar forma. No puedo darles muchos detalles al respecto, lo único que les aseguro es que será asombroso y lo amarán. Estén al pendiente, publicaré todos los pormenores por aquí y en mis demás redes sociales.
21/08/2022

Capítulo 1
Mónica había olvidado la última vez que sintió unos nervios parecidos a los de ahora, esos que te revuelven el estómago, te obstruyen la garganta y te oprimen el corazón. Tal vez cuando estaba en la universidad llegó a sentirse así pero ciertamente en este momento no lo recordaba con claridad y con justa razón, de eso habían pasado años.

No son emociones para una mujer pasada de los cuarenta.

Se decía así misma mientras movía la pierna por su nerviosismo. Ser una mujer madura no la excluía de imaginar cómo sería su encuentro con Alonso Vizcaíno, su amor platónico desde hace diecisiete años, y al ser una romántica como lo era, todos los escenarios terminaban con ellos compartiendo una maravillosa escena de amor.

Su imaginación de escritora voló, tan alto que cuando la recepcionista la llamó para que pasara a la sala de juntas no pudo escucharla.

Así que Ofelia con la amabilidad que la caracterizaba, salió de detrás de su escritorio y se acercó a ella, al verla sumida en sus pensamientos le tocó el hombro para hacerse notar. Mónica dio una salto por la sorpresa y al darse cuenta de lo que había pasado se disculpó. Ofelia al verla tan apenada, la guió hasta la sala de juntas donde sería la reunión.

Mónica la siguió sin cuestionar nada, después de todo la amabilidad y la sonrisa de Ofelia hacían confiar a cualquiera.

La sala de juntas era muy parecida al exterior, moderna, elegante y pulcra. Nada estaba fuera de su lugar, lo que hizo sentir incomoda a Mónica que estaba acostumbrada a un ambiente más relajado.

—Seguro es un controlador mezquino— pensó divertida.

Los minutos pasaban y nadie aparecía. Esperar no era una de sus cualidades y el lugar no ayudaba en nada a calmar sus destrozados nervios.

Tenía que esperar, por el bien de ella y de su carrera. Se le había presentado una oportunidad invaluable, esta colaboración la ayudaría a ser reconocida como una de las mejores, de eso estaba segura, así que tragándose su orgullo y su impaciencia, esperó. Aunque, para su fortuna y alivio de sus uñas, que eran las principales afectadas cuando estaba nerviosa o impaciente, no tuvo que esperar mucho más.

La puerta de cristal de la sala de juntas se abrió, por el umbral apareció un hombre alto, de cabello negro perfectamente peinado y pegado a la cabeza. Vestía traje azul con camisa blanca, que al llevarla desabotonada por el cuello hasta el pecho lo hacía ver juvenil, aunque era seguro que pasaba de los treintas.

Se paró frente a ella e hizo aparecer la perfección, o eso pensaba Mónica. Es verdad que pocas personas pueden jactarse de tener una bonita sonrisa, pero encontrar alguien con una sonrisa perfecta es casi una odisea.

—Señorita Mónica Maldonado es un gusto conocerla — dijo el hombre con seguridad— soy Oliver Garza el manager del señor Alonso Vizcaíno — extendió su mano de forma amistosa y Mónica no dudó en devolverle el gesto.

Por supuesto que sabía quién era, durante años había seguido de cerca la carrera de Alonso y en cada noticia o paso que daba, Oliver Garza estaba a su lado.

—El gusto es mío— Mónica volteo hacia la puerta esperando ver a Alonso cruzar también el umbral, pero no fue así.

—El señor Vizcaíno se disculpa por no asistir a la reunión — se excusó con bastante seriedad.

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