THAT WAY | Mason Mount

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H A D E

Dejamos de hablar con mi familia y fuimos a la habitación de Miriam para empezar a preparnos para el partido de esta noche.

– He pensado en pintarnos la bandera lo último para no manchar la ropa

– Vale, de acuerdo

– He pensado en dejarte unas de mi camisetas. Tengo dos, de dos jugadores diferentes.

Miriam abre el armario y saca dos camisetas del Chelsea. Una con el número 19 y otra con el número 29. En una pone Havertz y en la otra Mount.

– Yo me voy a poner la de Havertz, entre los dos en mi favorito. Tú te pondrás la de Mount. ¿No te importa?

– Claro que no me importa. ¿En que fila estamos? - pregunté nerviosa

Nunca había ido a un estadio de fútbol, solo los he visto por la televisión.

– Estamos en la tercera fila, al lado de la portería.

– ¡Dios! Eso tiene que ser carísimo

– Estuve trabajando mucho en el restaurante, le pedí a mi jefe que me deje hacer horas extras para poder tener las entradas. Para que luego mi novio me diga a última hora que no puede venir

– No te preocupes. No me quiero imaginar si no llego a estar yo. Hubieras perdido mucho dinero

– Bueno lo importante es que vamos a ir y juntas - me abrazó emocionada

– Si, eso es lo importante

Miré la camiseta que tenía en mis manos. Sería pura casualidad que mi número favorito es el 19 y Miriam me haya dado la camiseta donde pone Mount y un 19.

– ¿Te gusta la camiseta o que? - me pregunto mientras abría el armario y cogía unos pantalones negros del armario

– Si. Es que parece que lo has hecho aposta, mi número favorito es el 19

– No lo sabía, no me quedan más camisetas del Chelsea. ¿Y no vas a ir con una del Manchester City no? - dijo con una sonrisa burlona

– No claro que no - me reí

Me fui a mí habitación a prepararme. La bandera nos la pintaremos lo último. No tengo muy claro que ponerme la verdad. Entonces pienso en los pantalones que mi madre me regaló por Navidades y que nunca me he puesto. Son unos pantalones de cuero y los he guardado para alguna ocasión especial pero no he tenido ninguna. Así que me los pongo y cojo mis botas negras de tacones.

Salgo de la habitación con el maquillaje en la mano para maquillarme en la habitación de Miriam. Tocó la puerta y espero a que Miriam me abra.

– Mierda, estás guapísima. Esos pantalones me encantan. ¿Donde te los has comprado? - me preguntó mientras se ponía unos pendientes

– No lo sé, mi madre me los compro por Navidades y nunca me los he puesto

– Pues te quedan demasiado bien. Queda una hora para el partido. Vamos a empezar con las banderas, que son muy difíciles de hacer. No entiendo cómo le han quedado tan bien a tu madre

– Mi madre es pintora bueno eso se hacer llamar ella - me reí imaginándome a mí madre dibujar algo con sentido

– Será pintora de arte abstracto. Menos mal que se dibujar. ¿Tu sabes no? - me preguntó con cara de asustada

– Si. Por algo voy a diseño de moda - sonreí

– Es verdad. Bueno he terminado. Te toca - me dio la pintura y un pincel

– A ver cómo dibujo el dragón ese o lo que mierdas sea eso que hay en la bandera - dije eso y Miriam se echó a reír

No tarde mucho en dibujar la bandera la verdad. Ahora mismo íbamos a salir de casa e íbamos a coger el bus para ir al estadio. Estoy muy nerviosa, nunca he ido a un campo de fútbol y encima a una final. Me siento muy afortunada.

Llegamos al campo y había mucha gente. De ambos equipos. Algunas personas estaban hablando entre ellas, luego, había amigos o conocidos que cada uno era de un equipo hablando sobre lo que va a suceder. Esto es increíble.

– ¿Como crees que va a quedar el partido? - me preguntó Miriam

– Mmm... Creo que va a ganar el Chelsea y el resultado va a ser 1-0. ¿Tú? - pregunté mientras nos metíamos entre la gente para ir a nuestra puerta. Por esa puerta entraríamos al campo.

– Yo creo que van a quedar 2-0. Un gol de Havertz y otro de Mount. La que pierda, le invita a algo a la otra. ¿Trato? - me extendió la mano y yo le extendí la mano para aceptar el trato.

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