𝐞𝐱𝐭𝐫𝐚

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+18
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Habían pasado algunos meses desde que eran pareja, todavía estaban en la casa de veraneo de Volkov, solo que claramente ahora tenían más ropa. La casa era espaciosa y muy linda, tenía un toque rústico. Contaba con cinco habitaciones, tres baños y una cocina grande.

Ahora mismo se encontraban en la cocina, haciendo algo fácil, fideos con salsa.

Ninguno de los dos tenían tantas ganas de cocinar, mientras Volkov ponía los fideos en el agua con sal y aceite, para luego poner la tapa e ir donde estaba su pareja actual.

El rubio por otra parte se encontraba picando el pollo en cuadritos, mientras a su lado estaba los condimentos. Luego de picar el pollo lo echo al sartén, el cual estaba ya con un chorro de aceite de oliva, pimienta y una pizca de sal.

Movía con una cuchara el pollo. Al ver que ya estaba casi, le echo la crema, la cual se encontraba al lado.

Tapó el sarten con una tapa y espero que la crema se cocinara.

[aprendiendo a cocinar con yo]

─¿esta listo?

Escucho al ruso hablar con susurro en su oído, cosa que le hizo erizar la piel.

─casi listo.

Los nervios estaban pero no iba a dejar que salieran de su boca, se dio vuelta mirando cuando ya se dio cuenta que estaba lista la salsa blanca y la apagó.

Sonriendo pasó sus brazos por el cuello del ruso dándole un beso en la mejilla, él cual como respuesta le dio un beso en los labios, gustabo rápidamente respondió aquel beso, ¿quién no querría un beso del ruso?

El beso se torno más apacionado, las lenguas formaban una danza. Lentamente más manos del mayor se pusieron bajo las ropas de gustabo, tocaba por todas partes.

Tomó los muslos del menor y lo puso en la encimera mientras que con una mano se encargaba de tocar los botones de gustabo, con la otra apago la olla donde se encontraban listos los fideos.

Volvio toda su atención al menor sacándole la ropa, hasta dejarlo como dios lo trajo al mundo; totalmente en desnudez.

Sus labios bajaron al cuello, dando pequeños besos o aveces dejando marcas u mordidas, reclamando que aquel rubio tenía a alguien.

Aunque el menor tampoco se quedó atrás, también empezó a marcar el cuello del mayor, la respiración de ambos era irregular, el pecho de ambos subía y bajaba rápidamente.

Los labios de gustabo se encontraban rojos por las mordidas.

Soltó un jadeo cuando volkov levantó su camisa y mordió su pezon, arqueando su espalda y tomando los suaves cabellos del ruso, atrayendole para que no parara.

La sensación no se podría describir.

Las mejillas a este punto del rubio se encontraban de un color rosadito.

Los ojos del ruso y del catalán tenía un brillo especial, de lujuria.

Los gemidos y jadeos del rubio no se hicieron esperar; el tan solo toque del sensible pezon con la lengua del ruso hacia que el de ojos azules se derritiera, la mano del mayor bajo hasta el miembro del menor y empezó a estimular.

𝐈 𝐰𝐢𝐥𝐥 𝐚𝐥𝐰𝐚𝐲𝐬 𝐛𝐞 𝐟𝐨𝐫 𝐲𝐨𝐮.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora