¿Rendirme? ¡Nunca!

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Lo que mas amo en todo el mundo es cantar y tocar mi música. Solo eso. No hay nada mas que me motive en esta vida. Mi música es la que siempre me acompaño y me apoyo en mis momentos mas difíciles. Nadie nunca estuvo ahí para mi antes. Ni amigos, ni familia. Estuve sola siempre, por lo que estoy acostumbrada. Pero me encantaría demostrarle a todos lo que mi música y yo podemos hacer, y también expresarles todo lo que siento. Por eso, si no lo consigo por las buenas tendré que recurrir por las malas.

-...-Lorenzo me observa fijo, sin mucha reacción a mi pedido- Así que cantante... ¿y que esperas? ¿que sea tu profesor particular? Lamento decepcionarte pero el canto no es lo mío- Dice irónicamente.

-Tu sabes a lo que me refiero- Observándolo con advertencia- Quiero ser cantante profesional, es decir, ser famosa- Le aclaro imponente.

El se queda unos segundo mirándome fijo. Odio que me mire así, me hace sentir incomoda e inferior.

-Wau-Dice con tono de admiración- Es genial que las nuevas generaciones tengan tanto positivismo. Soñar, desear, la verdad te aplaudo-Agrega con pequeños aplausos- Ojala se te cumpla- Concluye alejándose.

-¿Que?- Digo confundida. Pensé que estábamos llegando a un trato pero el comienza a alejarse.

-Las amenazas de pequeñas niñas no me asustan, pero hiciste tu intento-Antes de terminar- Oye no digo que dejes de luchar por lo que quieres pero busca algo que este a tu alcance. Lo digo metafóricamente, no para que creas que me burlo de tu estatura aunque...-.

Y con la frase sin terminar, se va dejándome sola, en ese restaurante, en el cual yo quedo fuera de lugar.

Si el piensa que me voy a dar por vencida tan fácilmente, que se prepare porque no me conoce lo suficiente para saber todos sacrificios que estoy haciendo para conseguir lo que quiero, que simplemente es ser feliz de una vez por todas.

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Bien, estoy aquí...¿y ahora que se supone que debo hacer?. Estoy en frente de la puerta del grandisimo edificio de Olympus. Si que tenía unas dimensiones impresionantes.

Primero intentare introducirme allí de la mejor manera. Y si no funciona...después veremos. Una vez un pie dentro un guardia de dos metros y con unos enormes músculos trabajado me para antes de seguir. ¡Que rápido! ¡¿Gaste mi ganancia de $6 en autobús para que fracase así de fácil?!.

Plan A.

-Buenos días "señor guardia", me deja pasar, por favor, que necesito...- Intento decir pero soy interrumpida por el moreno.

-¿De parte de quien?- Dice con aura intimidante.

-Solo busco un empleo-Digo con una sonrisa inocente-Así que...-.

-No se busca a nadie, así que por favor retírese o déjeme su curriculum a mi-.

No soy tan tonta. Cuando dicen que le deje el curriculum, al igual que el te llamaremos o te tendremos en contacto, significa "piérdete".

Plan B.

-Usted no entiende, vengo de parte de Lorenzo Ferrer-Sigo con la sonrisa falsa en mi rostro.

-Oh ¿en serio? ¿por que no lo dijo antes?-Le sonrió hasta que...-Si me lo hubiera dicho antes la hubiera corrido mas rápido de este edificio-.

¿Que?.

El fortachon comenzó a empujarme fuertemente hacia fuera del edificio.

-¡Espere!, ¡¿que esta haciendo?! ¡no tiene derecho!, ¡¿como puede saber si miento?!-Forcejeo inútilmente ante la fuerza de el. Al escucharme se frena y me observa-Ni siquiera lo llamo, y ya me acusa-Me quejo.

PANDORADonde viven las historias. Descúbrelo ahora