First Promise

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"𝑵𝒐 𝒉𝒂𝒈𝒂𝒔 𝒑𝒓𝒐𝒎𝒆𝒔𝒂𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒖𝒏𝒄𝒂 𝒗𝒂𝒔 𝒂 𝒄𝒖𝒎𝒑𝒍𝒊𝒓" -𝑺𝒊𝒏 𝒅𝒖𝒅𝒂 𝒆𝒔𝒂 𝒆𝒔 𝒍𝒂 𝒎𝒆𝒋𝒐𝒓 𝒑𝒓𝒐𝒎𝒆𝒔𝒂"


Una nueva mañana llegaba

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Una nueva mañana llegaba.

El sol salía del horizonte, a través de las montañas, llenando con sus cálidos rayos de sol la flora y la fauna de lugar. La fría brisa de la madrugada comenzaba a transformarse en un viento refrescante, el rocío de la noche, comenzaba a formar pequeñas gotitas de agua -mojando la hierva, los árboles y las flores - con el crepúsculo del amanecer.

La luz del amanecer iluminó los pueblo y las sectas por completo. 

Esta vez nos iremos por una en especifico. Gusu Lan.

Los pájaros salían de sus nidos para bañar su plumaje con las gotitas de rocío, estirando sus alitas para que los rayos del sol llenara de calidez sus plumas. Luego de unos minutos, pequeños cantos salían de sus piquitos, queriendo despertar a los demás animales a su alrededor.

Cerca de ahí, en la Montaña Trasera de Gusu Lan, unas pequeñas criaturas levantaban sus orejitas, curiosas por el canto agudo de las aves. Levantaron sus cuerpos, estirando sus extremidades al estar enrollados para conservar el calor por las frías noches en Gusu.

Los conejitos, que eran conocidos por las adorables mascotas del Segundo Jade de Gusu Lan, saltaban y se revolcaban por la húmeda y tierna hierva, mojando sus esponjosos pelajes, dando un aspecto tierno cuando sus naricitas se movían con brusquedad al contacto de las gotitas de rocío.

Muy pronto, la luz iluminó los cuartos de la secta, dando la bienvenida a un nuevo día a los miembros de Gusu Lan.

 En una de esas habitaciones, uno de esos discípulos se quejaba por los rayos de sol que daban justo en su rostro. Un gruñido salió de sus labios y se dio la vuelta entre las sábanas para evitar la luz del día y seguir con su cómodo sueño. A un lado de su cama, otro chico se levantaba soltando un bostezo y estirando sus brazos.

Refregó sus ojos para quitar todo rastro de sueño y se levantó, tomando entre sus brazos unas túnicas limpias.

Se dio un refrescante baño con agua tibia, casi fría. Los discípulos de Gusu estaban acostumbrados a los climas fríos, por lo que no era desagradable los baños de bajas temperaturas. Se colocó sus prendas limpias, que normalmente son blancas y secó su largo cabello con la toalla.

Al terminar de peinar sus cabellos en una coleta alta, su cinta fue puesta elegantemente sobre su frente. Sus ojos de un suave color gris se posaron en la persona que aún dormía a un lado de su cama, una sonrisa salió de sus labios y se acercó al chico para despertarlo.

— JingYi, es hora de despertar— Murmuró en voz alta el muchacho, posando sus manos en el bulto envuelto en las sábanas blancas y sacudiendo suavemente. Se escuchó otro gruñido entre sueños y sacó lentamente su cabeza de la suave almohada, refregando sus ojos que aún no se acostumbraban a la luz — Buenos días JingYi. Ya es algo tarde, ve a darte un baño rápido, hoy tenemos clases — Le dijo con voz suave mientras preparaba unas nuevas túnicas limpias para su acompañante. Al estar elegidas sus prendas, las acomodó en su cama.

I. Promises [ZhuiYi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora