Capitulo Único

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—Severus— Llamó Dumbledore con una voz seria, acompañada de una mirada calculadora en sus ojos azules —Sirius Black ha escapado de Azkaban—

Con tan pocas palabras; Severus sintió que su corazón dejaba de latir por unos segundos.

— ¿Cómo fue capaz de escaparse? — Preguntó apretando los dientes con enojo.

El poderoso mago negó suavemente con la cabeza ante la pregunta de su espía.

—Se desconoce cómo lo hizo; pero ha escapado y lo más probable es que vaya tras Harry. Debes protegerlo Severus, a cualquier costo— Dijo alejándose un poco, tomando posición al lado de su fénix que dormitaba tranquilamente —Soy conocedor de la gran enemistad que Sirius y tú han tenido en el pasado; pero espero que si llegas a encontrarte con él, hagas lo correcto y lo lleves con los aurores—

Las poderosas y habilidosas manos del jefe de la casa de Slytherin se apretaron hasta formar puños, dónde los nudillos se tornaron blancos por la fuerza que ejercía en ellos.

—No debe preocuparse por eso, director—

Albus le dió una mirada evaluativa para luego asentir quedadamente con la cabeza. 

—Sé que harás lo correcto, mi muchacho— Dijo mientras acariciaba la cabeza de su plumifero compañero

Sin más que decir; Severus le dió una reverencia al director y salió de su despacho con aparente calma.

Al llegar al pasillo, comenzó a caminar con rapidez, ondeando su capa de forma mística y con su apariencia de enojo que hacía pensar a los pocos alumnos que estaban deambulando por ahí; que su profesor de pociones nunca se había visto tan intimidante.

Llegó a su despacho personal y cerró la puerta con toda la delicadeza que en esos momentos poseía. Insonorizó la habitación y le dio un gran puñetazo a la sólida mesa.

—Maldito sarnoso… 12 años han pasado y recién ahora se te ocurre escapar— Maldijo con rabia y con el corazón roto.

Caminó de un lado a otro; sorprendiéndose por el ardor en sus ojos que señalaba que aún le quedaban lágrimas para aquel desconsiderado que hizo de su vida un infierno, y a la vez quién le enseñó lo que era amar.

La relación que llevaba con Sirius Black era algo que quedó en el más absoluto de los secretos debido a la guerra. Ambos habían acordado que cuándo el bando de la luz ganara, darían a conocer su amor y vivirían felices juntos… pero los planes y sueños quedaron en la nada cuándo Sirius fue arrojado a Azkaban.

Severus no creía en su culpabilidad ¿Black traicionando a Potter? Solo un idiota sería capaz de creerlo; intentó en mil oportunidades ir a verlo pero su petición fue rechazada, trató de sobornar a los guardias pero estos no aceptaron, incluso hizo todo lo posible para que reabrieran el juicio pero no le hicieron caso.

Pero después de 12 años, Sirius había escapado ¿Por qué ahora? ¿Por qué le tomó tanto tiempo? ¿Por qué no lo había dicho antes? Estaba dolido y se sentía abandonado.

Tomó su varita y apuntó al techo de su despacho; una rebelde lágrima escapó de su ojo derecho mientras conjuraba un hechizo.

—Expecto Patronum— Pronunció, dejando ver un halo de luz azul brillante que poco a poco fue tomando la forma de un enorme can.

El perro corrió alegremente alrededor de la habitación hasta sentarse frente al sombrío mago.

—Perro inmaduro y desconsiderado…— Susurró con la voz rota, a lo que el can acercó su hocico para intentar acariciarle la mano.

Always [EDITADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora