Como todos los días, la misma chica de pelo corto castaño llegaba a la parada de colectivos con los auriculares puestos. La miré de reojo como solía hacerlo, hoy vestía una remera sin mangas negra con el estampado de alguna banda y un pantalón ancho de jean. Su presencia me hizo sonreír por dentro pero sólo me limité a seguir esperando que el transporte llegue. Nunca intercambiábamos más que alguna que otra mirada con ella, aunque tampoco esperaba mucho ya que yo era un chico bastante tímido cuando se trataba de chicas. Aun así, siempre me alegraba la tarde cada vez que me la encontraba en este lugar. Acomodé mi camisa torpemente y saqué mi celular para cambiar la canción que estaba sonando en mis auriculares. Los primeros acordes de Since I Don't Have You se escucharon y cerré los ojos para disfrutarla mejor.
Al abrir los ojos nuevamente lo primero que hice fue buscarla, pero al no encontrarla me asusté. Hace dos segundos estaba mirando por la calle y ahora no, hasta que caí en cuenta de que había una presencia sentada al lado mío. Giré levemente mi cabeza y la vi:
¡Estaba sentada al lado mío!
Pero mirando hacia el otro lado de la vereda.
Detallé su perfecto perfil filoso, su gesto tranquilo y apacible. Sus pies se balanceaban suavemente al compás de alguna canción y sus labios la cantaban inaudiblemente. Me quedé embobado admirándola y casi entré en pánico cuando su rostro giró hacia mí. Rápidamente cambié el foco de visión, sentía mis mejillas calientes y su mirada puesta en mí, lo que me puso aún más nervioso. Me hice el boludo unos segundos, tratando de distraer mi mente con los pajaritos o lo que sea que encontrara para no sentirme más avergonzado de lo que ya estaba, pero unos toquecitos en mi rodilla me hicieron voltearme nuevamente.
—Ya viene el colectivo —la chica, quien desconocía totalmente su nombre y el sonido de su voz, pronunció señalando la calle. Se me fue todo el color de la cara al escucharla hablarme, y como si fuera poco, mi torpeza se hizo presente.
—Y-yo e-h, —nos levantamos al mismo tiempo y se me cayó el mp3 al piso. Antes de que siquiera pudiera reaccionar, ella soltó una pequeña risa y se agachó a recogerlos. Yo no hice más que quedarme parado como un tonto viéndola. Aún no caía.
—Tomá —me los entregó, nuestros dedos se rozaron levemente y sonrió de labios cerrados.
—G-gracias y-yo soy muy torpe y no hacía falta que los levantaras, fue mi culpa porque estos cosos se me resbalan de los bolsillos, y.yo....
—Na, no le des tantas vueltas, no fue para tanto. A todos nos pasa, tranquilo —dijo y me frotó el hombro con su mano. Sé que su intención era relajarme pero ¡si hace eso lo único que va a conseguir es que me desmaye!
Antes de que pudiera decir algo, el estruendoso sonido de la llegada del colectivo nos devolvió a la realidad y nos acercamos para subir. Cuando ya estuvimos dentro, esperé a que ella pagara su boleto con las monedas y me dispuse a sacar las mías.
En ese momento rogaba que no se me cayeran al piso o algo de ese estilo y seguir pasando vergüenza delante de todos, ya tenía bastante con el numerito que hice antes, no quería volver a repetirlo.
El colectivo desbordaba de personas, un poco más e iban colgados de la ventana, lo que me hizo hacer un gesto de disgusto. No me gustaba las multitudes y viajar pegados de personas sudadas y olorientas era una odisea cotidiana. Sin embargo, lo único que me ponía de buen humor era verla a ella, agarrándose del caño incómodo pero aún así lucir tan tranquila e ignorando a todos los de su alrededor.
De repente, el colectivo dio un frenazo que hizo movernos a casi todos lo que estábamos parados. En un movimiento rápido, la sujeté de los hombros cuando vi que estaba por caerse. Le sonreí amablemente y ella me devolvió la sonrisa.
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relatos cortos; pablizza
FanficUn lugar para traer nuevamente a Marizza y Pablo y posicionarlos en diferentes situaciones para que cuenten su historia. O, simplemente relatos cortos que tienen como protagonista a Pablo y Marizza, dos personajes de Rebelde Way.