HATE ME

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Capítulo único.

Allí estaba ese idiota, de nuevo creyendo que podía hacer lo que quisiera conmigo.

-Mirame a los ojos cuando te hablo Kim Seokjin.

Ignorarlo, eso haría, ignorarlo.

-¡Mírame joder! - No lo quiero escuchar.

-¡Mírame ahora Kim Seokjin antes de que te mate! - una cachetada fue proporcionada a mi rostro, luego otra y otra.

-¿Ahora sí escuchas imbécil? ¿O acaso tengo que golpearte un poco más?

-Escuche perfectamente idiota, que no quiera responderte es otra cosa completamente diferente.

-¿Y se puede saber por qué el niño no quiere escucharme?

-Dices puras estupideces, ¿Por qué tengo que escucharlas?

-Porque eres mi novio -Novio... Ese título de mierda me había cagado la vida.

-No me puedes llamar novio, nadie trataría así a su novio en su sano juicio.

-Yo no estoy en mi sano juicio.

Buen punto Kim Namjoon.

Lo había conocido hace 5 años, un 24 de Diciembre, él había sido como un regalo de navidad, su sonrisa con hoyuelos me había encantado, y al pedirme mi número no dude ni un segundo en dárselo.

¿Qué podía perder?

Vida

Perdí mi vida y mi felicidad al hablarle, perdí cada instante de libertad, y a mis 21 años me condene por completo, me condene con un idiota de 22 que me decía que me amaba, hoy a mis 26 años me doy cuenta que no fue así, que en realidad sólo se aprovecho, que la máscara que portaba día a día solo funcionaba en la calle, con los amigos y familiares, cuando tenía que ser el novio perfecto, cuando llegábamos a nuestro hogar, donde no había nadie más que nuestras propias sombras, él se quitaba la máscara, dejaba de actuar, y ignoraba mis súplicas.

No existía la piedad

Él no conocía eso

Pensé más de una vez en retirarme, dejarlo todo, dejarlo a él, pero sus promesas de cambio me seguían atando, sin darme cuenta el se había convertido en mi hogar, un hogar aterrador pero que a su vez era reconfortante.

Desarrolle dependencia emocional.

Odiaba tener que sentirme atado a él, lo odiaba tanto, y me odiaba a mi por sobre todo, porque aunque seguía recibiendo daño, no quería dejarlo solo.

Tenía miedo de abandonarlo, él me necesitaba.

Me necesitaba, me lo dijo, me lo demostró.

¿Cómo podría dejarlo?

Él sabía la clase de persona que era.

-Soy una mierda de persona.
-Si, así es.

¿Por qué no cambiaba?

Los cambios eran lentos, no podía pasar una semana y mágicamente él volvía a ser la persona de la que me enamoré.

Ya iban dos años desde que lo está intentando, yo lo estoy ayudando, estoy tratando de que no lleve tanta carga, puedo aliviarla, él solo necesita apoyo, yo se lo daré.

No importa cuánto tiempo pase.

Fui feliz.

¿Puedo volver a serlo?

¿Con él?

El sentimiento de tristeza permanece, es constante, los ratos de felicidad son esporádicos, pero no nulos.

Eso debe ser una buena señal.

Una señal para que lo siga intentando.

-¿Me estás escuchando idiota?

Costumbre, mi vida se volvió una monotonía a su lado, se que le ocurre a él, pero él no le interesa que me ocurra a mí.

Costumbre, me acostumbré a poco, a nada, a su amor a medias, a sus malos tratos, a los malos ratos, me acostumbré a el.

Costumbre, me acostumbré a sentir amor cuando él así lo quisiera.

Costumbre, me acostumbré a él.

-Ni siquiera lo intentas Kim Seokjin, no das nada de ti, ¡¿Por qué carajos no das más?!

Dar más, había dado tanto que me había quedado sin nada para mí.

Dar más, él no merecía más.

-No entiendo que quieres Jin, ya no te entiendo.

Entender, ¿El amor se debía entender?

-¡Tú, pedazo de mierda!

Golpes, solo golpes, no solo dejaban marcas en mi piel, también en mi ser.

Una palabra dolía más que una patada.

Pero el seguía bien, así debía ser.

Aguantar, solo tengo que aguantar.

-Odiame.

-Te odio.

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