Flor de agua

Verdad dolorosa

''¿Y tu que prefirieres vivir una dulce mentira o una dolorosa verdad?''

Corría lo más rápido que sus pequeñas piernas le permitían, tenía que llegar al pueblo, debía llegar al pueblo y no le importaba como el suelo cortaba sus desnudos pies de niño.

- ¡Es verdad por favor créanme! - gritaba Giyuu mientras sangre que no era suya cubría casi todo su cuerpecillo, en sus magulladas manos tenía el haori ensangrentado de su hermana esperando que funcionara como prueba.

La gente lo ignoraba ya que creían que solo quería llamar la atención y si fuese verdad lo que dijo, aquel encuentro de seguro lo dejo trastornado y parte de eso era verdad. Nadie quería ayudar a alguien loco sin embargo el pequeño seguía gritando aún con la esperanza de que alguien lo ayudase.

Un borracho ya harto de los gritos del pequeño lanzo su botella de alcohol casi terminada hacia él sin importarle si lastimaba a Giyuu, la sangre poco a poco se mezcló con el alcohol dejando un ardor insoportable, nadie lo ayudo, la mayoría evitaba mirarlo como si temieran que su ''locura'' fuese contagiosa, si lo miraban era con asco y superioridad.

El mundo siempre fue así...Giyuu salió corriendo con sus lágrimas atrapadas en los ojos; corrió y corrió, justo como su hermana le decía. Hasta llegar a una cueva muy apartada se calmó y dejo de huir del dolor, sin importarle las heridas se acurruco en el duro y deforme piso cubriéndose con el haori de su hermana, tratando de pensar que era ella.

La extrañaba. La extrañaba mucho; como lo abrazaba y le decía que todo iba a estar bien, cuanto necesitaba que alguien le dijera que todo estaría bien. Pero no paso y tenia que adaptarse con su pequeña e inocente mente destruida por UNA DOLOROSA VERDAD.

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''Era de noche, el viento cantaba una canción fúnebre como si quisiese advertir algo. Su casa estaba destruida y afuera de ella estaba el cuerpo de su hermana con la mirada vacía, mirando hacia la cara de la muerte.

Arriba de ella se encontraba el demonio culpable de su muerte con una sonrisa arrogante burlándose de Giyuu y su debilidad con ojos que brillaban de forma siniestra en la oscuridad''.

Giyuu se despertó sudando, había tenido la misma pesadilla que recordaba su fracaso. Se levantó adolorido al dormir en un piso de piedra, con naturalidad toco su mejilla que seguía sangrando, Giyu suspiro mientras las vendas rasposas raspaban su piel.

Con manos estando en venas malhechas y con la espalda que no había mejorado, salió de la cueva dispuesto de ir al rio para limpiarse, con un rastro de sangre siguiéndolo.

Llegando al rio se sumergió, el agua se tiño de un rojo carmesí que formo un círculo a su alrededor, le ardió un poco pero no se quejó. Al acabar de limpiarse trato de que los moretones y las heridas no se vieran tanto, luego de eso se puso el malgastado haori que tenía y limpio el de su hermana, orgulloso vio su trabajo y fue al pueblo a ver que podía conseguir.

''Es para sobrevivir'' se decía para tratar de sentirse mejor, pero en el fondo la culpa y el dolor lo seguían como el fantasma de su hermana.

-Maldita escoria- dijo un mercader mientras lo golpeaba desquitando su patética vida con Giyuu. - Que asco...- acabo mientras se limpia la sangre que no era suya en un trapo.

-Lo lamento Nee-san- dijo Giyuu mientras sacaba un pedazo de pan duro y un pedazo de arroz ya echado a perder - Me descubrieron- dijo apenado mientras se sobaba las muñecas heridas.      - ¡Pero encontré un poco en la basura! - dijo mientras sonreía.

Comió un poco para luego acostarse al lado de la pintura de su hermana. Golpes y maltratos esa la nueva vida de Giyuu, sobrevivía quitándole a los demás y si lo atrapaban... Giyuu no quería recordar que le harían si lo hacían. Pero Giyuu sobrevira, se lo prometió a su hermana mayor y Giyuu Tomioka siempre cumple sus promesas.