O24 - Decisiones

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Parecía ser una pesadilla para Hye, estaba en aquella sala de espera con sus padres hablando en un consultorio enfrente de ella, sentía el frio del aire acondicionado que no ayudaba para nada, no era ni época de calor para tenerlo encendido. 

Escuchaba leves voces en aquel cuarto, pero difíciles de identificar, había sollozos también que la hicieron temer aún más. Sus piernas se movían con desespero, no aguantaba estar ahí en incertidumbre, ya no soportaba estar en cualquier lugar.

Caminó con velocidad saliendo del pasillo, buscaba alguna salida para poder huir lejos y que nadie la encontrara, al ver aquella puerta eléctrica, corrió como pudo pero fue interceptada por el guardia.

—No puede salir.— habló aquel tipo alto y un poco robusto, se veía alterada y había posibilidades de que fuera internada.

—Mis padres me pidieron algo del auto.— sus palabras fueron cortadas e improvisadas, apretaba sus puños y evitaba mirar al sujeto que le prohibía la salida. —Déjeme salir, por favor...

—No se puede ir sin sus padres, así de simple.— le señaló una silla igual a la que estuvo posada hace minutos, obedeció para evitar ocasionarle más problemas a sus padres.

Juraba necesitar un cigarro en su boca, algo sumamente estúpido y suicida, pero lo necesitaba... Quería estar sola mientras calaba un poco de los cigarrillos finos que se compraba.

Escuchó pasos por el pasillo que tenía a su lado, de inmediato se colocó de pie y miró a sus padres con una falsa sonrisa y con su madre con ganas de llorar.

—¿Qué pasó mamá?— la tomó de las manos y mirándole a los ojos, pero ella no podía hacerlo.

—Te vas a quedar un tiempo aquí... Van a ayudarte con la bulimia.— susurró apretando los delgados dedos de su hija. 

—No soy bulímica mamá, te lo prometo.— daba leves brincos como si fuera suplica y objeción de la decisión de sus padres. —¿Verdad papá? Por favor... Tú crees en mi.

No era algo fácil para los Jeon alejarse de su otra hija, aunque la tuvieran más cerca que a Jungkook, la verían únicamente una vez a la semana. Taehye se sentó en el piso y abrazó a su madre por las piernas jurándole repetidas veces que estaría bien y que no la abandonaran.

No iba a soportar que más personas la dejaran.

—Hye, levántate del suelo.— vocifero su padre con cierta amargura y enfado, Hye obedeció pero sin soltar a su madre de las manos. —Te vas a quedar aquí porque necesitas ayuda... ¿Crees que queremos verte hundida?

Taehye siguió llorando por las cosas que le decía su padre, él le dio un fuerte abrazo haciéndola sentir bien por escasos minutos, todo se fue por la borda cuando una enfermera le sujetó del brazo para llevarla a una habitación mientras que sus padres iban a casa por sus cosas. 

—Déjenme acompañarlos, por favor.— nunca sintió ese amargo sabor de sentirse abandonada por personas que jamás creyó que lo harían, al pensar que estarían con ella para toda la vida, formó desinterés por lo que hacían y sentían por su persona.

—Señorita, debe de quedarse aquí, todo estará bien.— jalaron de sus brazos a un pasillo de color rosa pastel donde habían puertas diferentes a las otras.

La enfermera abrió la puerta y la cerró después de ingresar, había un baño y muebles para ropa con una cama simplona para otra paciente más. Olía a un hostigante detergente que se iba a ir en cuestión de días, cuando revisó sus bolsillos notó que aún traía su celular... De inmediato buscó un bolígrafo y anotó el número de Jungkook y de Taehyung en su pantorrilla, la enfermera al ver que tenía su celular se lo quitó.

Fragile [jjk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora