[¡Segunda Temporada!]
El mundo diferente sigue girando con sus habitantes: Omegas, Betas y Alfas.
Aún teniendo conflictos entre si, ¿Qué clase de historia se podría desarrollar?.
Entre hilos y más hilos, el destino sigue teniendo la respuesta.
Nota:...
No solo porque sus sentimientos salieron a la luz.
Sino porque esa misma tarde estuvo llevando sus cosas a otra habitación.
Soraru no regresaba, por lo que estaba aprovechando el momento.
Entre pocas cajas, se tiró a su nueva cama y suspiro cansado.
Vaya día de mierda, pensaba.
--debes ser mi nuevo compañero--interrumpieron cinco minutos después de silencio.
Ahí estaba con quien iba a compartir esa habitación.
--si--
--espero nos llevemos bien, soy Rib--
--Neru..--
Y así, los dias fueron corriendo mas rápido.
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--oye--
--¿hm?--
--¿Estás seguro de no necesitar nada?, porque no pienso regresar hasta la salida de mis clases--
Neru era alguien orgulloso, no le gustaba valerse de nadie.
--lo que suceda conmigo no te incumbe--recalcó regresando su mirada al celular.
Seguía de mal humor, ya había pasado una semana desde que Soraru vino a hablar con él y lo hizo con Rib.
Su compañero levantó sus hombros en forma de mostrar rendición, si el decía que no se debía emtrometer, entonces no lo iba a hacer.
Una vez más, el día y el clima no ayudaba en absoluto, miro su calendario con la fecha marcada, ya tomó su supresor por lo que no se preocupaba.
Lo mismo de cada mes, su celo venía y se iba en solo tres dias, incluso dos, su desinterés en los Omegas era la razón por lo que su celo no duraba una semana como con otros Alfas.
El sueño lo invadió repentinamente, se levantó de su lugar y se tiro en su cama
Extraño, ese peso en sus ojos eran más grandes que antes.
A pasos pesados y con la mente en blanco, terminó por salir de su cama e ir a la otra, suspiro la almohada ajena tan profundamente que al verse reflejado en el espejo frente a el, se percató de sus acciones.
--¿Q-Que?--
La calidez de su cuerpo aumentó cuando quiso salir de ahí.
--ngh--
Intentar hablar con su lobo se le estaba complicando, no parecía haber motivos, ni razones, sólo quería estar ahí oliendo las sábanas lo mas que podía.
¿llamar al dueño de esa cama?
--¡No!--
Ahora se preguntaba si de verdad su celo se iría en dos días.
