𖥻𝐋𝐎𝐒𝐓 :
⠀⠀⠀Tras despertar en un lugar desconocido sin recuerdos aparentes de cómo se conocieron o cómo llegaron hasta ese lugar, dos hombres salen en búsqueda de respuestas en lo que parece ser una enorme prisión.
⠀⠀⠀Es así que en una lucha con...
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Se despertó con un inquietante dolor de cabeza. Sus manos, frías como el mismo suelo sobre el que reposaba, le dolían en demasía. JiMin intentó enfocar sus ojos con dificultad, queriendo descubrir dónde se hallaba en aquellos momentos. Sea donde sea, sabía que tendría que ser un sitio incómodo, pues las durezas del concreto bajo su anatomía se lo comunicaban en silencio.
—¿Qué...?
Park susurró al notar que frente a él había un chico pelinegro sangrando. Su cuerpo, bastante grande a comparación del suyo, se hallaba bajo un cenagal de sangre. El pánico comenzó a peregrinar por todo su cuerpo al ver dicha imagen. No recordaba haber visto a ese hombre en su vida antes; pero como si de una mala broma se tratase, notó que de hecho, no recordaba absolutamente nada acerca de su persona más que su nombre y apellido.
Un poco asustado, JiMin revisó con presteza el lugar, dándose cuenta de tres cosas: La primera, estaban en una especie de cabaña sucia y húmeda; segundo, no había nada de luz en el lugar, excluyendo al reflejo de la luna colándose por la ventana rota de su izquierda. Por último, eran los únicos en ese lugar aparentemente abandonado y desestructurado.
El quejido que soltó el tipo frente a él lo hizo dejar su escrutinio para enfocarse en su acompañante. Quiso levantarse, pero el agudo dolor en su muslo derecho lo hizo gemir quejumbroso. Solo en ese instante, el joven de cabello rosado, se dio cuenta que su propio cuerpo expelía este líquido espeso y rojizo.
— Mierda, mierda... — Se quejó mientras intentaba arrastrarse hasta el adverso con la poca energía que su cuerpo almacenaba.
Su herida ardía muchísimo y estarse deslizando por los escombros de aquel lugar no le ayudaba demasiado. Con mucho esfuerzo pudo alcanzar su objetivo, aprovechó incluso que el pelinegro se encontraba medio sentado contra la pared de madera, para apoyarse en él y tener el impulso que necesitaba para posicionarse a su lado.
Ahora sí, JiMin podía apreciar mejor su propio cuerpo: Sus ropas estaban rotas y sus jeans negros se pintaban con aparente barro seco. Cómo pudo notar antes, su muslo tenía un corte profundo que sangraba, no tanto como la probable herida del hombre a su lado, pero sí estaba perdiendo la suficiente sangre como para desmayarse a falta de ésta en un rato.
No podía permitirse tal situación.
Con un suspiro rendido, decidió romper la manga de su camiseta negra. Sinceramente creyó que sería más fácil hacerlo, ya que vagamente recordaba que en muchas películas de acción los protagonistas parecían no tener inconvenientes a la hora de realizarlo. Sin querer distraerse más, ató el pedazo de tela sucia a su herida y, con sus ojos cerrados, hizo un nudo con fuerza. Fue imposible retener el grito de dolor y las lágrimas que bajaban por sus mejillas cuando culminó.
Mierda, realmente estaba perdido. Necesitaba esperar unos instantes antes de moverse, quería que la sangre deje de salir para poder continuar... Pero algo dentro suyo le decía que no había tiempo. Es como si muy en el fondo, su mente supiera con claridad lo que podría pasar si tardaba más en quedarse inmóvil.
