Lazo roto ⋆ ¡Jaywon!

⭑ࣶࣸ Capítulo 029ꜥ

Dejo de tomar su té cuando escucho como alguien parecía demasiado insistente en tocar a su puerta, no podía tratarse de JongSeong, él regresaba dentro de dos horas, así que era muy extraño, de todas formas no estaba para soportar más de ese escándalo, además podría poner alerta a los vecinos y es lo que menos quería, así que de camino con algo de pesadez hacía la puerta y cuando la abrió, se quedo helado.

—Jungwon, ¿Sabes lo difícil que fue encontrarte?

—Yongmin...

—¿Cómo me encontraste? —Preguntó tajante, el alfa allí se vio sorprendido de escuchar aquella agresiva pregunta lanzada por Jungwon, no lo esperaba.

—Necesitamos hablar —Jungwon frunció el ceño, no quería molestarse, no quería nada de eso, pero, por alguna razón sabía que tenía que enfrentarse algún día a aquella situación.

—Te escucho —el alfa sonrió ladino no pudiendo creer lo que pasaba.

—¿No me invitas a pasar? —Jungwon se vio serio al escuchar eso.

—No mereces entrar a mi hogar, ahora solo dí lo que tienes que decir y te agradeceré que te retires y no regreses más.

El alfa no se esperaba esas palabras, por unos momentos pensó que Jungwon al abrir la puerta no dudaría en recibirlo y en hacerlo pasar para después conversar y que el omega terminará llorando y abrazándolo, pero se había equivocado al respecto, de hecho ver a Jungwon ahora con su embrazo ya casi por termino y con esa seguridad solo le hacía pensar en muchas cosas.

—Estaba pensando y me percate de que cometí muchos errores contigo —Jungwon apretó la mandíbula—, y me gustaría remediarlos, ¿Sabes? Poder regresar contigo y que ese pequeño disfrute de estar con sus verdaderos padres.

—¿En verdad piensas que soy tan tonto como para querer regresar con un alfa que me abandono a mi suerte? —El alfa no dijo nada, lo que permitió que Jungwon prosiguiera— No seas idiota, ¿crees qué fue fácil para mí?

—Sé que no lo fue, pero no hay necesidad de que te comportes grosero.

Jungwon sonrió ladino no pudiendo creer lo que estaba escuchando.

—¿Y? Puedo hablarte como quiera, y escúchame bien —definitivamente el alfa estaba sorprendido, no recordaba que Jungwon tuviese aquel carácter, se mostraba fuerte y para nada dolido al respecto—, será mejor que te largues de aquí, no quiero verte nunca más en mí vida, puedo criar a mi hijo a mi modo, y solo si es posible, no quiero volver a intentar nada contigo, eres el peor alfa que he conocido en mi vida, y yo quisiera -tomo un poco de aire para calmarse-, darte las gracias...

—¿Q-qué?

Jungwon sonrió levemente.

—Gracias a que me rompiste el corazón, gracias a que me dejaste a la deriva sintiéndome todo un miserable... pude conocer a alguien que me hizo sentir que estaba equivocado contigo, me dí cuenta de que todo lo que hacía por ti, lo que pensaba que era amor, no era más que mis ilusiones, Yongmin, gracias por dejarme y hacerme darme cuenta de que lo único que me diste fue infelicidad.

—P-puedo cambiar eso.

—No, gracias, no te necesito, aprendí que solo me necesito a mí y a mi propia felicidad, no necesito a alguien más, además, JongSeong me demostró ser mejor alfa de lo que tú, jamás lograrás ser - definitivamente estaba sorprendido-, ahora retírate, no quiero más problemas.

—¿Eso es lo que quieres?

—Más que nada en el mundo, quiero darle al vuelta a esta pagina de mi vida y comenzar como debí haber hecho antes...

El alfa no dijo nada, no se despidió, solo dio un asentimiento, las palabras de Jungwon habían tenido un gran peso sobre él, lo que nunca creyó que le pasaría, y definitivamente se sentía arrepentido de lo que le había hecho a Jungwon, pero no era como si solo con una disculpa larga y tortuosa lo recuperaría, y ahora lo confirmo, Jungwon en estos meses se había vuelto de un omega tímido y manipulable, a un omega fuerte e independiente, ¿Quién lo diría?

Lo dejaría en paz, después de todo, él no buscaba esa clase de omega, y aún así quería regresar con él después de que se había enterado de que su omega posiblemente no pueda tener cachorros, pero, así es la vida, castiga a los que en verdad no saben apreciar a las hermosas personas que tienen en sus vidas en un principio.