Blasco 2

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Sun y Tilo eran unas de sus visitas habituales en el Resort. Pocas semanas después de volverse más íntimos, el campeón de Alola logró convencer a Blasco de usar la Pokémontura de Sharpedo y surcar el mar a toda velocidad. Aunque en realidad lo único que logró fue que el originario de Hoenn viera a los ojos a Sharpedo.

Blasco dudaba seriamente, pues tenía un poco de pavor de aquel Pokémon.
Sun le dijo que no había mada que temer, que aquellos Sharpedo no tenían Piel Tosca.
Se lo hizo saber cuando vio a Blasco usando los guantes especiales que usaba habitualmente con Garchomp.
Sin embargo, la Piel Tosca no era lo único que le preocupaba a Blasco de aquel Pokémon.

—Están especialmente entrenados para no lastimar a los entrenadores.—trató de tranquilizar Sun.— Además, al año hay más registros de accidentes relacionados con Miltanks que con Sharpedos.

— ¡No sé que te hizo creer que eso me tranquilizaría! Además, ¡ese dato parece falso...!— gritó y titubeó con muchísimo nerviosismo.

— Creo que estos Pokémon tienen de habilidad "Impulso".— Informó imprudentemente Tilo mientras también veía al Sharpedo

— ¡Me da igual ya! ¡Retiro lo dicho! ¡Ya no quiero hacer esto!— Parecía que rompería a llorar en cualquier momento.

Sun lo meditó un momento y terminó por decirle a Blasco que si quería verlo surcando con el Sharpedo, quizás eso lo relajaría un poco y le podría dar la oportunidad de ver de primera mano lo seguro que era.

Se encontraban en la playa a un lado de la Casa Aether. Tilo se ofreció a traer algo de beber para todos, dejando solo a Blasco quien estaba sentado en la arena ligeramente caliente por el sol. En esta ocasión si vestía un traje de baño propio, de una sola pieza de color gris, conjuntado un poco mal con un chaleco salva vidas negro con diversos colores y un par de flotadores en los brazos.
Toda esa protección le brindó por poco tiempo una sensación de seguridad cuando se decidió a montar en Sharpedo.

"Quizás él si lo haría..."—Pensó. Con rapidez. Se puso melancólico; y dicho sentimiento se hizo más fuerte por su agobiante emoción de ser un cobarde.
Por primera vez en todo este rato vio a Sun, el cual de verdad se estaba divirtiendo viajando a toda velocidad en aquel Sharpedo. Sun hizo toda clase de giros impresionantes, e incluso se le escuchaba gritar "¡más rápido!", al tiempo que reía.
Ese chico era muy serio normalmente, incluso más que sólo "un poco callado", pero se dejó llevar gracias a navegar en Sharpedo.
"Se parece mucho a él cuando Ultravolaba en Latios"—Sonrió, pues el recuerdo de la primera vez que los dos se subieron juntos al lomo de Latios lo llenó de emoción.
¡Latios megaevolucionó a Mega-Latios mientras volaban!
Sin duda, aquella noche fue inolvidable, y uno de sus recuerdos más preciados.

"Si sobreviví a eso... Tal vez esto no sea nada"— Se armó de nuevo de valor. ¡Definitivamente lo haría!

— ¡Sun!— Gritó.— ¡Quiero hacerlo! ¡Date prisa antes de que me arrepienta!

Sus piernas temblaban, y lo hicieron con mayor fuerza cada vez que Sun se acercaba más en el terrorífico Pokémon.
Al llegar a la orilla, el originario de Kanto le colocó el casco y le explicó como usar la Pokémontura.

— Voy a seguirte lo más cerca que me sea posible con Lapras...— Le dijo con la seriedad que lo caracterizaba. Ahora daba la sensación de ser un hermano mayor enseñando a su hermanito a andar en bicicleta.

Blasco se posó sobre Sharpedo, y logró avanzar un poco por el mar.
En realidad, iba a una velocidad mucho menor que el propio Lapras de Sun pues Blasco no le transmitía seguridad al Pokémon que montaba para acelerar. A pocos metros de la orilla, la habilidad Impulso de Sharpedo se activó automáticamente, y el cambio brusco de velocidad hizo a Blasco soltarse por la impresión, cayendo al mar. Rápidamente, Sun rescató a Blasco, quien ese día se negó a seguir con más actividades.

Mi querido BlascoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora