Uno

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- Niña, niña, ¡Niña!

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- Niña, niña, ¡Niña!

Yo me desperté sobresaltada.

- Niña, te has quedado dormida en medio de clase... - me dijo Dylan, que se sentaba junto a mí.

Oh no.

- ¡Mirad! Nuestra bella durmiente se ha despertado. - dijo mi hermana mayor.

Yo la fulminé con la mirada, desde que mi hermana mayor, Vera, repitió curso mi vida se combirtió en un infierno.

- ¡KEIRA RIBERSY! ¿TE ABURRES TANTO EN MI CLASE COMO PARA DORMIRTE? - me gritó nuestro aburrido profesor, echando chispas por los ojos.

Antes de que pudiera decir algo, Dylan intervino.

- Pues si, si no, no se habría dormido. - dijo Dylan, pícaro como siempre.

Mis compañeros se empezaron ha reír y yo le fulminé con la mirada, aunque por dentro me carcajease de risa.

- ¡DYLAN SAL DE CLASE! - dijo el profesor.
- Ag... - dijo y salio al pasillo.

Después de eso estuvimos hablando de que adonde iríamos de viaje de estudios:

- ¡Londres!
- ¡París!
- ¡Roma!
- ¡Canarias!
- ¡New York!
- ¡California!

Al final, quedamos en ir a tres sitios: Roma, París y Londres.

Cuando lo decidimos, Dylan abrió la puerta de clase y con una voz de duque súper realista, exclamó:

- Señor profesor, ¿Podría concederme usted el permiso para entrar en esta modesta aula?

Ha algunos se le escapó algunas risitas y a mi se me escapó una sonrisa que rápidamente borré para que él no la viera.

- Si Dylan entra y siéntate. - dijo el profesor.

Cuando Dylan se sentó me dijo:

- He niña, ¿Adonde irá la clase de viaje de estudios? Tu habrás propuesto algún sitio que me guste ¿verdad niña?

Yo puse los ojos en blanco.

Ag, que creído era este chico, cuánto lo odiaba, y aunque yo no lo admitiera, una pequeña parte de mi corazón también lo quería.

Solamente TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora