Amies

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          Hace una hora que Nifty llegó aquí arriba a peinarla, y varios días en que Charlie no la hablaba desde el día del baile organizado por su padre; ¿La vio bailar con Alastor? No puede ser... su amiga no puede ser tan inmadura, Charlie puede ser caprichosa a veces pero la conocía muy bien, tanto que sin saber muy bien el porque le dolía mucho que no le hablé, ni si quiera por cartas y la enojaba que ella estuviera pensando en... él, que esa fuera la razón por la que ya no le habla.

Vaggatha estaba bella con frescura con ese vestido tan sencillo y no esponjoso color baige y unas discretas perlas con accesorio del vestido. Nifty noto que su ama se encontraba en las nubes y no perdió tiempo en averiguar que la mente de su ama estaba dando vueltas, termino de acomodar el vestido y se reincorporó.

— ¿Le ocurre algo señorita? — Pregunto con su dulce voz he hizo estremecer a Vaggie por un instante.

La jóven negó convencida y respondió.

— No es nada Nifty, solo... tonterías — Contesto sin dirigirle la mirada.

Una halago, que desvió su atención al enorme espejo, la hizo hacer una leve curva en la comisura de sus labios; usted es tan hermosa, ¡Deberías morir maldita perra! El corazón se le estruja y el estómago se revolvió por un doloroso recuerdo.

— Gracias Nifty.


Box contó los minutos y se impacientó, sus sirvientes más leales como Striker estaban en fila junto a la escalera. Entonces fue que Vaggata comenzó a bajar levantando un poco el dobladillo del vestido evitando tropezar.

— Ya era hora querida hija — Bramo y formo una mueca ofreciendo su mano a su hija en los últimos escalones.

— Una disculpa padre, no es fácil elegir un vestido cómodo — Contesto.

Comenzaron a caminar a la salida principal de la mansión. Si Vaggie fuera menos explosiva podría ganarle a su padre en las conversaciones como está: El matrimonio, por suerte era buena desviando el tema, su padre nunca admite equivocarse y contra dice a todo el mundo. En el trayecto del camino los caballos parecían pacientes así que hiban trotando sin prejuicios, su padre  parecía no desagradarle el vertido.

— Mi vestido podría verse como un camisón pero prefiero eso a verme como árbol de navidad en plana luz del día. Además los vestidos así se les hace parecer tontas.

— No me quejo del vestido, pero que chiste tiene si vas a tardar— ¿Lo ven? Contradice a todo el mundo.

— Pues yo creo que me hace parecer fresca y elegante. Cambiemos de tema esto es ridículo. — Se cruzó los brazos desviando su mirada a la pequeña ventana del carruaje.

— ¿Qué hacías con el señor Alastor en el baile que organize en la mansión? — Inquirio.

— ¿Nifty o Minzy te lo dijeron? — Supuso arqueando la ceja.

El hombre negó con una sonrisa.

— No. Estaba cerca de la pista de baile... no es común verte con un hombre y cuando lo haces nunca bailas con ellos.

— me conoces muy bien... solo lo hice por ti — Concordó.

— Me consta.... se que algo te dijo para que aceptaras su invitación, me pregunto ¿Qué fue te hizo a ti y ha Charlie? — ahora él miraba la ventana.

Pecado OriginalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora