Capítulo 1

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A esas horas de la noche la casa de los Collins estaba envuelta en un silencio y una oscuridad un tanto escalofriante. En el segundo piso, una de las puertas de la derecha se abrió lentamente y una cabeza pelirroja se asomó mirando el pasillo de derecha a izquierda. La oscuridad envolvía el pasillo del segundo piso. La pequeña niña miro donde se encontraban las escaleras que conducían al piso de abajo. Había luz. ¿Acaso sus padres no estaban durmiendo?

Su hermana mayor Evelyn la había convencido de mirar una película de miedo esa misma noche, la pequeña se negó las primeras cinco veces. Sus padres todavía seguían en el trabajo y como Evelyn era cinco años mayor que su hermana tenía la responsabilidad de cuidar de ella mientras sus padres seguían en el trabajo. Al estar las dos solas en casa a la mayor de las hermanas Collins se le ocurrió la idea de ver una película de terror ya que sabía lo poco que le gustaban ese tipo de películas a su hermana pequeña.

Evelyn y Elisabeth eran completamente diferentes, eran hermanas y sus rasgos eran muy parecidos pero aun y así se notaba lo diferentes que eran. Evelyn era una adolescente de 15 años, desde que era pequeña fue una chica bastante reprimida y fría, no le gustaba comunicarse ni socializar demasiado. Tenía su grupo de amigos y adoraba a su padre por encima de todo. Elisabeth tenía 10 años y era lo opuesto a su hermana, la menor de los Collins irradiaba luz. Era una niña muy dulce y sociable. Le encantaba sonreír a todas horas y hablar sin parar era una niña muy cariñosa y dulce a comparación con su hermana. La pequeña Elisabeth siempre noto que su hermana mayor ponía cierta distancia entre las dos, cuando eran más pequeñas la menor siempre quería jugar con su hermana, pasar tiempo con ella, tener ese tipo de relación especial que existía entre las hermanas pero por desgracia Elisabeth siempre recibía un portazo en la cara por parte de su hermana. Le dolía y no entendía porque la odiaba pero aun así la quería por encima de todo lo que le hacía su hermana.

Las cosas empeoraron cuando la mayor de las Collins cumplió 15 años, ella ya no se consideraba una niña ya era una adolescente, quería salir, pasar más tiempo con sus amigas, hacerse las uñas, conocer a chicos y así de un día para otro Evelyn se presentó a la hora de la cena con un chico. Riven. El típico chico adolescente el cual les hacía templar las rodillas a todas las adolescentes, rubio, con ojos verdes y siempre masticando un chicle. Su primer novio. Desde ese momento Riven estaba siempre en casa a veces Elisabeth pensaba si se había mudado definitivamente en la habitación de su hermana ya que siempre le veía ahí.

Riven y Evelyn desde entonces siempre encontraban alguna cosa con la que molestar a la pequeña de la familia, se divertían haciéndola rabiar, les parecía divertido herir los sentimientos de Elisabeth. Elisabeth no entendía porque eran crueles con ella si ella nos le hizo nada.

A cambio de poder salir como cualquier adolescente su madre le puso algunas reglas, sacar buenas notas en el colegio, ser responsable y cuidar de su hermana cada vez que alguno de ellos no se encontraba en la casa. La primera regla no la cumplió del todo ya que sus notas variaban dependiendo del trimestre, la segunda regla fue un desafío ya que Evelyn mostro sus dotes de actriz y la tercera y última regla la cumplió sin rechistar. Cuidaba de Elisabeth lo mejor que podía, ella se esforzaba decía. Al estudiar las dos en el mismo colegio solo que sus edificios estaban separados no fue una responsabilidad muy grande para Evelyn, siempre al acabar las clases su hermana pequeña la esperaba para irse juntas a casa, una vez en casa cada una se iba a su habitación y se quedaban ahí mientras sus padres venían.

Esa noche era la excepción después de acabar con los deberes Elisabeth se sorprendió al ver a su hermana entrar en su habitación, esta propuso mirar una película las dos juntas, una película de terror. A Evelyn le pareció divertido ver una película con su hermana del género que ella más odiaba ya que sabía que su hermana era una miedosa. Elisabeth por otro lado dejo de un lado las intenciones crueles de su hermana ya que ella estaba al tanto de que su hermana odiaba ese tipo de películas y decidió ver la parte buena. Pasar tiempo con ella.

La película fue un horror para la pequeña cada escena le proporcionaba un susto y al final hasta acabo derramando unas lágrimas a lo que su hermana estallo a carcajadas. Eres una cobarde Ellie, te comerán viva en el instituto si sigues siendo tan sensible, madura de una vez. Al llegar su madre a casa la pequeña se refugió en sus brazos. Evelyn recibió un buen sermón por parte de su madre a lo que ella solo respondió con una sonrisa falsa y unas palabras que eran todo menos ciertas yo solo quería pasar tiempo con Ellie mama.

Mentira.

Por ese motivo la pequeña pelirroja estaba a medianoche deambulando por los pasillos, había tenido una pesadilla por culpa de la película. Mientras su hermana estaba plácidamente dormida ella no sabía si podría pegar ojo durante el resto de la noche. Con la intención de ir a por un vaso de agua se levantó de la cama y salió de su habitación, al ver la luz desde el piso de abajo bajo silenciosamente procurando no hacer ruido. ¿Y si el monstruo que vio en la película estaba en su casa? Una vez en el primer piso escucho una voz, no pudo descifrar que es lo que decía ya que hablaba muy bajito y ¿hablaba solo? Ya que no escuchaba una segunda voz.

Se acercó lentamente hacía la cocina y se pegó a la pared, la puerta estaba semi abierta, echo un vistazo y su padre estaba parando en medio de la cocina, con su camisa arrugada y la corbata tirada sobre la mesa. Su cabello estaba despeinado y se le podían ver las ojeras. ¿Acaba ahora de llegar? Pensó. A la hora de cenar solo estuvieron presentes su madre y su hermana, ahora que pensaba su padre hace tiempo que ya no cenaban con ella, cada vez que Evelyn preguntaba donde estaba su padre, su madre con una mirada seria le decía siempre las mismas palabras. Tiene mucho trabajo en el bufete, llegara tarde.

Su padre era abogado desde que ella tenía razón pero nunca se saltaba las cenas en familia, la pequeña arrugo la frente intentando escuchar con quien hablaba su padre por teléfono.

-No. –Soltó un suspiro. –No Rachel, no he hablado con ella.

Se calló durante unos segundos.

-Rachel no es el tiempo adecuado.

¿El tiempo adecuado? ¿Para qué?

-La voy a dejar Rachel ya lo sabes solo que ahora no es el momento adecuado. – Gruño su padre.

¿Dejar? ¿A quién?

-Pronto estaremos juntos, te lo prometo mi amor. 

Trials of loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora