PEDIDOS ABIERTOS
[Deku x Reader]
One shots más dulces que la miel con el tierno rollito de canela Zuzu Mirodiya ^_^
{portada hecha por mí, créditos al dibujante de la imagen.
no se permiten copias o adaptaciones}
- Ya te dije que no nececito un Tinder chino, Bell. - le dije completamente exhausta a mi mejor amiga.
- Vamos ____, solo es una cita - hizo ojos de cachorro - por favor.
Por un momento dudé de mi decisión. Se veía tan tierna.
- no quiero... ¿Y si es un viejo? Deagh definitivamente no quiero.
- ¿y si sale Sugar Daddy? - cuestionó con un brillo en los ojos.
- claro, como no eres tu la que tendría que besarlo. - respondí asqueada.
- me imaginaba tu y yo en París - habló indignada - Vamos _____, cree esta cuenta solo para encontrar al amor de tu vida.
- ¿que te hace creer que necesito al "amor de mi vida"? - interrogué.
- que algún día me verás salir con el mío y te sentirás sola - habló dramáticamente - luego habrá una secuencia de imagenes donde todos tienen parejas y tu no y terminaras cantando Not Spring, Love or cherry sola a mitad de la noche.
- que dramática - hablé suavemente.
- hazlo por mi - rogó nuevamente con ojos de cachorrito - te regalaré 50 dolares si no te gusta - ofreció, te empezaba a parecer tentador - y 100 si es un viejo que busca una jovencita a la que mimar, claro, si me lo presentas.
- ¡Bell! - le golpeé el hombro. Suspiré pesadamente. - está bien Belle... Iré a la cita.
- ¡si! Que reine el... Auch, no peques, animal.
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Creo que Bell exageró al "ayudarme" con mi outfit. Siento que voy a una gala de gente refinada con un vestido mas revelador que otra cosa.
Llegué al lugar y definitivamente mi atuendo estaba para la ocación, era un lugar muy grande y refinado, lleno de luces por doquier.
- buenas noches señorita. - habló un camarero de cabellos rojos en forma de picos. - ¿en que puedo servirle?
Su amable sonrisa casi me hace suspirar. - b-buenas noches - hablé tímidamente. - he venido por la reservación del señor M. - hablé con dificultad.
- muy bien - musitó animado.
- ¿disculpe?
- no es nada - respondió nerviosamente - por aquí.
Al adentrarme pude observar muchas cosas. Meseros llevando bandejas con copas y pequeños platillos que me hicieron pensar: ¿los ricos comen porque tienen hambre o porque no quieren que les dé?
Y en realidad no es para tratarlos diferente pero comen en porciones diminutas.
Al cruzar toda la sala me cuestioné si estaba segura o no con aquel apuesto pelirojo con una pequeña cicatriz en su ojo.
- disculpa... - musite apenada - ¿a dónde vamos?
- oh, lo lamento - respondió - tienen una reservación privada.
