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Salvador

Advertencia de una que otra palabra malsonante ;(

El cielo estaba despejado...

Eso veía desde la ventana, la clase de matemáticas era realmente aburrida.

Odiaba tener que estudiar sobre esos estúpidos números y con letras o símbolos raros, ¿por qué lo obligaban?

Ah, porque no tenía quirk.

Realmente no lo había olvidado, simplemente lo ignoraba.

Una vez tuvo un sueño, el más increíble de todos, pero con el paso del tiempo se volvió una pesadilla.

¿Tan necesitado estaba como para soñar que su héroe favorito le pasaba su poder por un cabello? Dios mío... tenía que madurar.

La campana sonó y el bullicio usual de las horas sin clases sonó una vez más, mientras tanto, él solo guardaba sus libros sin cuidado en su gran mochila amarilla.

— Mi-Midoriya — le llamó Karin, justo antes de que saliera del aula. Este se volteó y la observó, tan serio como siempre, esperando a que continuara. — L-los chicos de la clase i-iremos a un karaoke, queríamos preguntarte si...

— No, gracias. — respondió cortante y se marchó.

— ¡Huh! — expresó la peliroja con molestia en cuando lo vió alejarse. — siempre rechaza las salidas, dejen de hacer que le invite, sabemos todos que no irá.

Midoriya no quería ser malo, simplemente no le gustaba estar con ellos, era incómodo ya que no tenía mucho para decir, prefería estar lejos y cómodo.

Llegó al parque de siempre y sacó su libro favorito para comenzar a leer, y alguna que otra vez levantaba la mirada para ver a aquella chica tan ruidosa que jugaba en la cancha de fútbol, todos los días.

Parecía nunca cansarse, siempre sonreía y gritaba con todas sus fuerzas "¡Goooooool!" Sin importar si era su equipo o no el que había anotado.

A veces le resultaba entretenido el partido, incluso más que su libro favorito. Prefería mirar como corrían y vitoreaban cuando la pelota pasaba por el arco.

— ¡Goooooool! — gritó como siempre y él sonrió ladino, a veces sí que era divertido.

Nunca imaginó que esa sonrisa llamara su atención, y cruzaron sus miradas sin ninguna discreción.

Ella sonrió con dulzura y levantó su mano derecha lo más alto que alcanzaba, y gritó nuevamente — ¡Hola! — mientras saludaba y le sostenía la mirada.

¿Por qué lo estaba saludando? Se cuestionó después de mirar a los lados y darse cuenta de que era el único ahí.

— que rara.

Y bajó su vista a su libro.

.
.

Estaba recostado en el pasto, la sombra de el árbol en el que apoyaba su mochila le brindaba una agradable frescura, aunque claro, con ayuda de la suave brisa que soplaba a esas horas de la tarde.

Tenía un libro sobre su rostro y sus ojos cerrados, disfrutando de ese agradable día soleado.

— ¿Sigue mi voz? Parece un poco cliché para alguien como tú... — escuchó de repente y se sorprendió.

¿De dónde demonios había salido?

¡Le había asustado!

No se había dado cuenta de cuando llegó a su lado, ella era escalofriante.

Deku: One Shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora