04: segundo mes

1.1K 145 14
                                    

— ¿Crees que sea niño o niña?... — Heeseung estaba recargado en la pared, sentado en la cama con las sábanas cubriéndole hasta la cadera.

Serían las seis de la mañana en sábado y ninguno de los dos tenemos grandes planes más que permanecer en casa todo el fin de semana como la feliz pareja que somos. Sí, las seis de la mañana de un sábado y Heeseung tiene la maravillosa idea de madrugar a meditar sobre la vida.

—Me gustaría que fuera niña y que se pareciera a ti, así con tus ojos y tus labios delgados y rositas, con su cabello muy obscuro y que en la comisura de su sonrisa se le marcara ese hoyuelo tan bonito que tienes tú al sonreír. Además sería genial vestirla con vestidos color pastel y peinarla con moñitos.

No pude evitar sonreír con los ojos cerrados al escucharlo hablar tan ilusionado de un juego.

—Hee...— intenté reprenderle para que guardara silencio de una vez y dejara dormir hasta por lo menos las doce de la tarde, una hora más sana.

— ¿A ti qué te gustaría que fuera? — lo sentí moverse en la cama hasta quedar recostado nuevamente, con su cabeza pegada a mi nuca. Suspiré.

—Una mentira.

— ¡Hoon! — Heeseung me golpeó la espalda y reí.

— ¡No lo sé, Heeseung! No me detengo a pensar en cosas que no pasarán.

—No seas tan cruel, contéstame. Sólo... Si pudiera pasar... — insistió con voz suave, acariciando el lugar que antes había golpeado en mi espalda.

—Uhm, un niño. Todo terreno y de pilas.

—Eres un idiota — Heeseung rió. Me di la vuelta para quedar acostado y poder mirarlo.

—Un niño igualito a ti, completamente. Con tu nariz enorme y tus ojos de bambi, con tu voz molesta y todos tus malditos talentos. Que me grite como tu cuando olvide ir por él al colegio, que se queje de los desayunos quemados que intente hacerle, que llore porque metí su ropa blanca con la roja y se volvió rosa. Sería un buen hijo.

Heeseung no había dejado de sonreír ni un momento. Me abrazó recargando su cabeza en mi pecho y rodeándome con sus brazos.

—Te amo mucho.

—Yo también.

—Oye, ¿Y si son gemelos?

—Ya cállate. 

nueve meses a su lado; heehoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora