Dream jamás fue de alguien que buscara el amor desesperadamente. Siempre creyó que la persona indicada llegaría en algún momento, sólo era cuestión de ser paciente y esperar el momento en que conociera de alguien con quien quisiera pasar el resto de su vida sin importar qué, siempre y cuando se amaran, todo estaría bien; esas eran sus creencias.
Tal vez creyó en el amor a primera vista, pensó que en cuanto viera a esa persona por primera vez sentiría una fuerte conexión y viceversa. Es por ello que cuando una chica le pareció la indicada, no dudó en hacer todo lo posible por hacerla feliz, dando todo lo que ella quisiera y siendo tan estúpidamente romántico que ahora se sentía patético.
Cuando la chica terminó con él, las cosas poco a poco fueron empeorando en su vida; sus calificaciones bajaron ante su facilidad en distraerse, estaba fallando en las prácticas de la banda y no podía concentrarse en actividades o juegos sin sentir sus ojos arder al retener las lágrimas. A sus 19 años el rubio de ojos verdes se rindió con el amor, no teniendo ahora la confianza en sí mismo como para querer volver a salir con alguien, temiendo que puedan romper su corazón justo como lo hizo la chica que creyó que sería el amor de su vida.
Por suerte pudo seguir adelante con la ayuda de sus dos mejores amigos, dos chicos que conocía desde hace años y con quienes actualmente tenía una banda que se especializaba un poco más en el rock, pero amaban todo tipo de música.
Nick, también conocido como Sapnap, era el menor de ellos, tan salvaje y entusiasta, buscando entretenerlo con juegos o simplemente estando juntos acostados en una cama, mirando al techo mientras se reproduce música de rock a todo volumen. En cambio George, también conocido como GNF, era el mayor de los tres, siendo el más tranquilo como a su vez el más arrogante, alguien con quien siempre podría hablar y no le iba a juzgar.
Y Dream lleva muchos más años de amistad con Nick que con George, pero lo que sentía por este último era diferente a como se sentía estando con el menor; jamás había llegado a entender ese sentimiento tan agradable al estar a solas con él, ya sea en silencio o hablando de temas triviales. Era como una especie de cosquilleo en las puntas de sus dedos cuando veía la mano del mayor, o sentía el revoloteo de unas mariposas en su estómago cuando lo veía tan cercano a su persona, algunas veces incluso sentía como le arrebataba el aire cuando le dedicaba una pequeña sonrisa tan encantadora.
El rubio comenzó a darse cuenta de esos detalles luego de su ruptura con su ex pareja, cuando en una noche estrellada George se le unió en el patio trasero de la casa de Nick, trayendo una silla consigo para sentarse a su lado y en silencio admirar la belleza de las estrellas, ignorando por completo los pequeños hipidos que se escapaban de los labios del rubio, quien quiso callarlos cuando vio como el mayor se aparecía.
Habían decidido quedarse a dormir los tres juntos a modo de apoyo para el rubio, pero Nick se había quedado dormido primero puesto que al día siguiente debía de asistir a la escuela, quedando despiertos únicamente los dos mayores.
Esa noche no intercambiaron muchas palabras, al menos no mientras el más joven dejaban salir aquellas lágrimas silenciosas que ahora era incapaz de retener, sufriendo de ligeros espasmos ante el pequeño llanto y sintiéndose mil veces peor al demostrar debilidad frente a una persona que le quería. Sin embargo, cuando las lágrimas se detuvieron y el silencio reinó en la noche, el mayor acercó su silla al lado de la suya, volviendo a sentarse y ahora pudiendo apoyar su cabeza en su hombro, en un gesto silencioso de apoyo que tomó por sorpresa al rubio.
George jamás fue bueno con las palabras, mucho menos con demostrar sus sentimientos, pero cuando hacia pequeñas acciones como esa, era realmente especial y se sentía tan reconfortante que Dream no dudó en apoyar suavemente su cabeza encima de la contraria, dejando salir de manera temblorosa todo el aire que había retenido ante la acción del mayor.
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Hopeless Romantics | Dreamnotfound
Fanfic➸La esperanza en la mirada esmeralda del rubio desapareció, cayendo justo como arena entre sus manos, escapándose sin oportunidad de poder atraparla. Fue como si el tiempo fluyera más lento, apreciando la mirada azul del chico que tanto adora, una m...