[Otro comienzo]

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—No voy a estar estos días, mucho trabajo. —Una vez más, él camuflando la verdad cuando yo finjo que me trago sus excusas.
Trabajo, ajá, no es ni asistente del jefe, ¿y no tiene tiempo para mí? Ni que fuera tan útil.

Aunque la verdad dudo que no sepa que yo sé. Es como si tuviéramos un código de; yo digo la mentira y tú aparentas que la crees.

Los dos ya no nos miramos como antes, nos tocamos pero como si fuéramos desconocidos.
A ninguno parece importarle lo que el otro haga.
Una vez me estaba besando con un muchacho en un boliche que había ido con él. Esa noche tenía a dos hombres sobre mí, con uno detrás mío acariciando mi espalda con intenciones de quitarme el tirante del vestido, mientras que el segundo, mi novio, no dejaba de devorarme los labios.
Esa noche no le importó disfrutarme con alguien más, cuando antes no soportaba verme cerca de otro.

Ambos hacemos lo que queremos.
Porque él también tiene lo suyo. Sé que va a encontrarse con otra mujer. Pero no interesa, total yo también puedo salir a divertirme sin su compañía.

Nunca se me cruzó por la cabeza la idea de terminar, conozco a Jimin lo suficiente como para saber que le pasa lo mismo, aunque su razón no está a mi alcance, ni la mía tampoco. No sé si será porque no quiero dejar ir los buenos recuerdos, o porque quizás podría volver a ver lo que me atrapó de él. O simplemente porque no me atrevo a hacerlo, o las ganas no están.

Pero fui dejando de pensar en eso hace mucho. Todo por una persona.
Pasó hace poco más de un año, cuando fui a hacer las compras.
Un chico nuevo con una sonrisa encantadora estaba trabajando en el Supermercado, desde ese entonces trato de siempre ir a su caja para volver a encontrarme con su rostro.

Es muy amable cuando me atiende. Me gusta contemplar sus sonrojos tras haberle hecho un cumplido, o bueno, una insinuación.
Ya es una costumbre ir a verle sin que las compras sean la causa.

—Nos vemos luego, Hobi. —Como otro día más, junto mis bolsas y camino hasta la salida.

—Espera, ________. Ten —Curiosa, me acerco a una caja simple que me extiende y la abro. —¡Feliz día de San Valentín! No tenía suficiente para un regalo más decente pero-

—Hoseok... —Digo contenta. Con algo dulce ya me tienen a sus pies, y la caja está repleta de chocolates y demás. Lo abrazo y le doy besos en toda su cara, exceptuando sus labios. Ya es lo habitual para ambos desde estos últimos meses. A veces parecemos una pareja. —Es el mejor regalo que me pueden haber dado. —Y es la verdad, solo porque este bombón me lo dio lo hace el mejor de todos.

—¿En serio? Creí que te iba a parecer algo muy sencillo pero que bueno que te gustó. —Hasta el momento no noté que me sostiene de la cintura y no está del lado que le corresponde como empleado. —Aunque siendo sincero, me siento mal porque una persona tan única y especial como tú merece el mundo entero y yo solo vengo con ésto.

Jung Hoseok no es consciente de lo que me provoca. Me da la energía suficiente como para querer terminar con mi novio. Hablando de mi relación, nunca se lo comenté. Tampoco sé si hacerlo.

Olvidando eso, beso su mentón y me apego más a su pecho aprovechando que no hay clientes cerca.

—Ay, no digas eso... —Muerdo mi labio inferior. —¿Quieres ver tu regalo? —No compré nada para él, pero puedo ver qué hago. Voy por el otro lado del mostrador y me sigue. Cuidadosamente voy bajando por mis piernas mi tanga que pronto dejo en las manos de Hoseok, quien traga saliva pero aceptando mi obsequio.

—E-Eh, yo... Solo tienes una falda, ¿cómo volverás a casa?

—Descuida, estoy muy cómoda así. Adiós. —Deposito un beso más en su mejilla y salgo del lugar antes de que conteste.

Solemos salir mucho, más que nada para charlar. No hago estas cosas a menudo pero de vez en cuando lo sorprendo.
Cuando no estoy bien, él siempre alegra mis días. Saca un lado mío que en ocasiones creo perdido.

Al principio no quería admitir que no siento solo atracción por Hobi, pero esas semanas en las que no asistió al trabajo y no me decían nada de él, tuve un sinfín de emociones y sensaciones. Pensé que me había dejado y que nunca más lo volvería a ver, porque jamás le pedí su número y mucho menos sé dónde vive
Me di cuenta de que no quiero estar sin él, y que me importa más de lo que creía.

Y cuando volví a contemplar sus hermosas facciones, traté de ocultarlo pero al final le dije que lo quiero mucho y que lo extrañé.

[...]

Saludo a Hoseok y voy dejando los productos donde corresponde para que me los cobre.

—¿Todo bien, Hobi? ¿Cómo te tiene el trabajo?

—Si, por suerte todo en orden, ________. Aunque estos últimos días viene más gente, porque como es diciembre... época navideña.

—Ah, si. Me gustan las decoraciones que le pusieron al Super. Pero lo que no me gusta es tener que ver tus ojitos decaídos. —Me acerco más a él y acaricio su rostro. —¿No querrías salir a pasear conmigo en uno de estos días?

—Me gustaría mucho, ________. —Nos sonreímos y nos miramos unos largos segundos hasta que la persona que viene detrás de mí, nos saca de nuestra burbuja. —Oh, perdón. —Me dice el valor total de mis compras, pero cuando me fijo en mi bolso, me percato que no traigo lo suficiente. —¿Qué pasa, ________?

—¿Me esperas que voy a dejar algunas cosas? No tengo para pagar todo.

—Ah, es eso. Dime cuánto te falta y te lo pago yo.

—No, está bien, Hobi. Aún así te lo agradezco. —Le doy un beso cerca de los labios y voy a dejar algunas cosas. Una vez que pago los productos, vuelvo a pegar mis labios cerca de los suyos. —Nos vemos después. —Y finalmente vuelvo a mi casa, sin quitarme a ese chico de la cabeza.

💜💜💜

—________ —Murmura Hoseok sorprendido por mi acción. Mis brazos rodean su cuello y mis labios aún rozan los de él.

—¿Te gusta? —Es la primera vez que lo beso, nuestro primer beso. Después de casi catorce meses de conocerle y pude probarlos. Él no responde, solo vuelve a unir su boca a la mía.

Estamos en su auto. Está en el asiento del piloto mientras que yo estoy sentada sobre su regazo, con mis piernas a cada lado de sus caderas. La salida había terminado y me había acercado a mi casa, pero ya no pude aguantar más y lo besé.

—Todo lo que tú hagas me encanta.

—Y tú me gustas.

—También tú a mí. —Dice con una sonrisa.

¡Ay! Amo a este chico. Pero si quiero empezar algo con él, debemos ser sinceros desde el principio, ¿no?

—Hoseok... Tengo novio. —Y pude ver aquella mirada confusa que ya no me ven con deseo. No dice nada, y ni siquiera me observa, va aflojando su agarre a mi cintura. —Pero espera, por favor. —Uno nuestros labios otra vez y para mi suerte, no me aleja, pero me envuelve fuerte entre sus brazos y siento húmeda su carita, como aprobando con dolor la caricia. Estuvimos por mucho tiempo allí en su auto, abrazados, mientras le explicaba la situación de mi relación y le decía cuánto lo siento, mi intención no era ponerlo mal. —Ahora que sé lo que quiero, voy a hacer algo al respecto, te lo prometo. —Le doy el último beso del día, cerrando mi promesa. —Porque a tí es a quien quiero y a quien amo.

[...]

—Me voy, Jimin. Para siempre. —Él detiene lo que hacía y solo mira mis maletas.

—Bien, solo... —Parece dudar de lo que quiere decir. —Lamento que las cosas terminaran así. Simplemente no éramos el uno para el otro, nunca lo fuimos.

—Sí... Tienes razón.

—Ojalá que te vaya mejor con ese chico que conmigo. —Es un poco evidente que lo sabe, ninguno se hablaba al llegar a casa, obvio es que algo o alguien nos entretenía.

—Y tú con esa muchacha.

Agradezco por los buenos recuerdos y abandono la casa para dar paso a un nuevo comienzo con Jung Hoseok.

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Siempre Contigo [J-Hope y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora