Hola, soy Alice Dunlop la protagonista de esta historia.
¿Alguna vez se han preguntado la razón de sus desgracias y problemas?
pues yo también
Mi razón la he tenido clara desde que tengo memoria, ya que al parecer a todos los aldeanos y demás gente del reino les encanta recordarlo para que nunca pueda olvidarlo.
como si eso fuera algo que se pueda olvidar...
En vez de lamentarme sobre mi desdicha como todo personaje literario con un pasado y presente trágico, empezaré por contar las cosas por las que estoy agradecida.
Por que si, aunque la vida parezca una montaña de desgracias siempre hay personas que te impulsan a subir hasta la cima.
Para empezar estoy agradecida por ser una mujer sana, es verdad se que suena un comentario pesimista pero hay muchas personas que no cuentan con buena salud y por ello estoy agradecida. Desde que era una bebe nunca he padecido ninguna enfermedad, ni siquiera una simple gripa o un estornudo. Muchas veces intentaba meterme a nadar en el río al anochecer, pero siempre despertaba sin ni siquiera una simple tos o un estornudo.
También estoy agradecida porque nunca se me ha negado el estudio, el cual en lo personal nunca pude disfrutar al máximo por más que lo intentara. Pero estoy agradecida porque no era común que muchas asistieron a la escuela, la mayoría en el reino ni siquiera tenía la oportunidad, más que nada porque la gran parte de los niños se mataban trabajando.
Yo tuve la oportunidad de estudiar en la escuela más grande y prestigiosa del reino, y si bien la experiencia con los demás alumnos no era buena, yo siempre trataba de sacarle el mayor provecho a las clases, me gustaba mucho tomarlas.
De hecho una vez, cuando tenía 13 años, les ofrecía enseñarles a leer a los niños que no podían estudiar, recreaba una escuela en miniatura en el establo de la casa donde vivo. Está de más decir que no llegó nadie por obvias razones, pero no dejaba que eso me desanimara nunca.
Otra cosa por la que estoy muy agradecida es por tener una hermana, en el reino es de lo más normal ver a familias grandes, con padres y montones de hijos para que puedan ayudar en distintas cosas, pero yo estaba contenta de tener solo una.
Ella siempre había sido muy linda conmigo cuando quería, incluso me trenzaba el cabello para ir a la escuela, me traía mucha ropa y todo lo que pudiera necesitar en la escuela. Aparte siempre había sido muy bonita, su cabello rubio era algo que siempre le halagaba aunque le molestara que se lo dijera, esos ojos azules también era algo que encantaba a los que la miraban, pero también era algo natural entre las demás niñas del reino.
Casi todas tenían similitudes en el color de cabello, ojos y demás características, ver cabellos rubios, castaños y pelirrojos era lo normal entre las niñas del reino, por desgracia no en mi.
Y por último, estoy agradecida por Alfred, mi padre.
Por muchas razones mi corazón se infla cada vez que pienso en él, que a pesar de que no es mi padre biológico, es el motor que impulsa a todo mi ser.
Desde que era un bebe Alfred se encargó de cuidarme siempre, y de amarme como si fuera su hija a pesar de lo que se decía de mi. Creo que esa es una de las razones por las que lo quiero tanto.
Cuando estás acostumbrada a que nadie se preocupe por ti y llega alguien que lo hace, lo guardas como si fuera el mayor tesoro que existiese.
Alfred cada que hablaba de lo agradecida que estaba en que el me quisiera y se preocupara por mi me regañaba, le decía que no tienes que agradecer ser querida y apreciada por alguien y me exigia que no le diera tanta importancia a el que el me quisiera.
Pero la verdad es que nunca lo he bajado de ese pedestal.
La esposa de Alfred murió meses antes de que yo llegara al reino, murió por una extraña enfermedad de la cual él no me quiere contar, y por lo cual opté por no tocar el tema para no incomodar.
De ese matrimonio tan trágico nació mi hermana, la cual insiste en que no la llame de esa manera pero me reservo decirle así en mi cabeza. Ella se llama Bianca, y se que suena feo lo que mencione anteriormente, pero es mejor para las dos. De esa manera no evitamos problemas las dos, así las demás personas del reino no la miraran mal y yo no tendré cargos de conciencia. Tiene 3 años más que yo, y siempre me ha enseñado cómo debo de comportarme frente a los demás.
Igual y ella lo compensa trayéndome vestidos, pendientes, brazaletes y como sabe que me encantan los tocados de plata siempre se encarga de traer los más hermosos. Ya se que lo material no compensa el que me deje de lado, pero se que todos sus obsequios me los da con amor.
Alfred es un ex-general de la guardia personal de la anterior reina Eleanor y por la una gran parte también lo ha sido de su hija Clarice, la actual reina de Nirlem.
Por ese enorme puesto Alfred siempre ha sido de los hombres más respetados y admirados del reino, esos siempre le dio muchos beneficios, grandes propiedades, una casa grande y una granja que adquirió en su jubilación y en la que a él y a mi nos encanta colaborar.
Alfred siempre insiste en que no necesita que yo ayude, pero la verdad es que desde siempre me ha agradado estar con los animales y en cierta forma creo que yo también les agrado a ellos.
Bueno
Podría pasar todo el tiempo hablando solamente de ellos y no me costaría nada de trabajo destacar sus cualidades y lo feliz que me hacen
Pero la verdad es que hablar sobre mi es un punto clave para la historia y quiera o no se debe contar
Ahora les contaré la historia sobre la desdichada y solitaria vida de Alice Dunlop...
pónganse cómodos.
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Holaaa
soy yo de nuevo, la chica del nombre raro que no utiliza
bueno pues solo paso a preguntar que tal les parece la historia
esto solo es como por así decirlo una pequeña introducción de los personajes más importantes en la vida de Alice
en el capítulo que viene se contara sobre la vida de Alice y cómo llegó a la vida de Alfred
bueno pues eso es todo
nos vemos en el próximo capítulo
besos.
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Un Encanto
Fantasyoh mi dulce niña de cabello del más oscuro color de la noche, de piel blanca como porcelana y ojos tan grises como la tormenta más profunda fuiste condenada a los infortunios del pasado, pasado del cual la gente se niega a rememorar con lo abrumador...