Devuelta la paz.

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-No puede ser.

Me había tomado horas encontrar un lapiz en la funeraria, quería dibujar para bajar la tensión del alrededor, el único inconveniente, mi sacapunta se había quebrado... Hundí mis manos en mi cabello, estaba cansada, muy cansada. 

Tomé una parte de la sacapunta, recordé lo que había leído una vez, la hojilla de la sacapunta era mi arma, antes había utilizado otra navaja, pero según leí, lo mejor era usar la hojilla o algo que no dañara mucho la piel, tomé la hojilla y me fui al baño, poco a poco fui trasando más y más líneas sobre mi piel.

No había dolor, bueno ni siquiera sangraban.

-Es inútil-dije, me levanté del suelo y me lavé las manos, al ver los brazos, la sangre empezaba a salir. Dolió, pero dolió más ver mi cara afectada por lo que acababa de suceder. Me sentía enferma

Los dos días que pasé en la funeraria lo hice, hasta que mis brazos parecían decir "Ya no más"

.***WhatsApp***

-Sophie, tienes natación.

-Lo sé.

-¿Cómo harás si te cortas las piernas también?

-Ya no lo haré.

Volví a clases y empecé a cumplir esa promesa, ya no me cortaba, lo único que me preocupaba era tener que quitarme el suéter, el límite eran las 10 AM, así que al entrar la maestra me sentía aterrada, pero no dijo nada, pasó la hora, llegó la clase con el peor, el coordinador, pero tampoco dijo nada.

-Sólo te pones al día con las clases.

-De acuerdo.

Me fui a mi asiento y solté un suspiro, así que volví a mi casa con total normalidad, sólo a hacer tareas.

-¿Cómo te fue?-mi papá llamó por teléfono.

-Bien, cansado...

-¿Cansado?

-Tareas...

Un silencio incómodo se interpuso entre los dos.

-Y ¿cómo te sientes?

-Bien, creo-le dije cerrando los ojos, odiaba esas preguntas con doble sentido.

-Hablamos después.

Colgué el teléfono sin contestarle su última frase, estaba totalmente harta. 

***Días después***

-¿Lo has hecho?

-No, ¿y tú?

-No.

-Ariana lo estoy logrando.

Eso me llenaba de orgullo, saber que podía tomar el control de mi propio dolor me hacía feliz, pero simplemente no estaba feliz.. lo que me angustiaba cada día de volver al colegio era tener que ir a aquella oficina del mal a llorar de nuevo, eso me ponía mal. 

Tomé una gran decisión camino a mi casa, encontraría la manera de quitarme el cutting, lucharía contra esa enfermedad que me consumía, costara lo que costara, traería de vuelta la paz. 

Brazos llenos de mariposas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora