INTRODUCCIÓN

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Hooola, buenas, me presento. Me llamo Maite y he decidido, después de mucho tiempo ponerme a escribir.

Subiré capítulo cuando pueda, lo mas pronto posible, ya que además tampoco es que sea muy conocida jjj

Si alguien decide leer mi historia, se lo agradeceré muchísimo.

Espero que os guste :)

Sonó la alarma a las 9 en punto. Como muy, MUY pocas veces antes lo había hecho, me levanté de un respingo de la cama y cogí el móvil ansiosa.

Me quedé mirando el móvil apagado unos minutos hasta que decidí encenderlo, con los nervios recorriendo me cada parte del cuerpo.

—Vale, son las 9:02, creo que ya puedo mirarlo...  Tiene que salir bien, tiene que hacerlo.

O no...

Oh por Dios conciencia cállate ya, intento ser positiva, gracias.

—Bueno, ahora sí que sí, vamos a ello.

Entré en mi correo electrónico y efectivamente tenía el email de la universidad, únicamente me faltaba abrirlo y ver que me habían aceptado la beca para estudiar en Oxford bioingeniería, la carrera de mis sueños. Me mudaría allí en unas semanas, conocería a mucha gente nueva, que por cierto lo estaba desando y...

Para ya por favor y abre el maldito correo.

Valeeee, ya voy. No me presiones.

Por fin me atreví a darle click.

A la atención del Sr Brown, responsables de admisiones en la Universidad de Oxford.

Estimada señora Cristina Ortiz Herrera:

Cada palabra que leía hacía que me temblara cada vez más el cuerpo, pero tenía que seguir leyendo.

Sí, definitivamente tenía que mejorar eso de mis nervios exagerados.

Tras revisar con detalle su solicitud, lamentamos comunicarle que no ha sido admitida. Tanto sus notas académicas como su expediente son excelentes en todos los aspectos, pero este año ha habido una demanda exagerada de becas, y nos hemos visto obligados a tener que rechazar a gente.

—¿Qu... qué?

Un sudor frío me recorrió toda la espalda, pero me concentré en seguir leyendo.

Sin embargo, me alegra comunicarla que la Universidad Europea de Madrid estará encantada de financiar sus estudios allí.

De igual manera agradecemos que haya querido estudiar con nosotros.

Atentamente, Sr Brown.

Me quedé mirando el móvil, quieta, sin decir nada y sin pensar en nada. Asimilando lo que acababa de leer. No me lo podía creer.

Me levanté y di una vuelta por la casa, sin saber muy bien por qué.

Olivia, mi mejor amiga, seguía durmiendo. Nos habíamos ido a Valencia juntas a disfrutar una semana de la playa. Era muy fácil convivir con ella, nos entendíamos muy bien y a penas discutíamos.

Sobre todo porque cuando tu te pones cabezota ella no te sigue el royo.

Vale, admito que soy muy cabezota, pero cuando lo soy tengo mis argumentos. Nunca digo un "porque sí y punto". No. Eso lo odio.

Volví a mi cuarto y volví a mirar el correo y releí el mensaje.

¿Qué pensabas, que iban a cambiar las palabras mágicamente?

Pues no sé, a lo mejor.

Me quedé unos minutos más en silencio, y una lágrima empezó a recorrer mi mejilla.

—No me han admitido... no lo han hecho.

Muy bien, sabes leer.

Olivia hizo un ruidito y se removió en la cama, creo que en ese momento le molestó un poco el ruido que estaba haciendo. No se suele levantar de muy buen humor, no era una de sus cualidades.

—Cris... son las 9 de la mañana, ¿qué haces? Deja de hacer ruido, quiero seguir durmiendo.

Se puso la sábana por encima de la cabeza y se hizo un ovillo.

—Joder, ya da igual, ya no puedo dormir más.

Se frotó los ojos y se incorporó en la cama. La miré con tristeza y al ver que estaba llorando me abrazó.

—Oh por Dios Cris, no te preocupes, todo va a salir bien. ¿No te han cogido?

Se separó de mi y abrió su mesilla en busca de unos pañuelos, los cuales me tendió para que pudiera sonarme la nariz.

—No...

Cogí los pañuelos y vi como me miró con su ternura de siempre, y yo me sentí peor, por lo que miré para abajo y comencé a llorar más.

—Eh, mírame.

Me cogió la barbilla con sus dedos y me subió muy cuidadosamente la cabeza para que pudiera mirarla a los ojos.

—Escúchame, vales mucho, y te merecías esa beca como nadie más. Se que estás disgustada, y es normal, no te voy a decir que no lo estés. Has luchado por algo que querías y no lo has conseguido pero...

—Así no me estás animando mucho Oli.

—Déjame terminar tonta.

Las dos nos reímos un momento hasta que ella siguió hablando.

—Pero eso no significa que no valgas para ello. A veces luchamos por algo pero no lo conseguimos a la primera y eso no significa que los otros caminos sean peores, simplemente son distintos, o diferentes a lo que esperabas. Pero te gustará, estoy segura. E intenta no frustrarte... o al menos mucho, ¿vale?

Como nos conoce ya.

Hombre nos conocemos desde los 3 años y tenemos 18, es normal.

—Te quiero mucho imbécil, gracias.

—No me las des tonta.

La abracé con mucha fuerza. Ella siempre estaba ahí para todo, y bueno, yo también intentaba estarlo para ella. La quería mucho.

—¿Vamos a desayunar?

Se lo pregunté mientras me tocaba la tripa señalando que tenía mucha hambre.

—Siiii, yo también me estoy muriendo de hambre, venga vamos.

InmarcesibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora