Holiiii, bueno, pues aquí va el primer capítulo. Estoy bastante emocionada la verdad, no lo voy a negar. Este es el bonito comienzo de nuestra querida Cristina, que la iréis conociendo poquito a poco y espero que la tengáis el mismo cariño que no.
Bueno, os dejo ya que soy muy pesada, ¡a leer!
—Mamá por favor, sé que te da pena que me vaya pero sigo viviendo en España, no me voy tan lejos.
—Ya lo sé peluchito, pero es que te quiero mucho y me gustaría que te quedaras aquí en Asturias con nosotros —me miró secándose los ojos y sonándose la nariz.
—Yo también te quiero eh —remarcó mi padre, mientras me miraba con una sonrisa en la cara.
—Lo sé papá, no te pongas celoso anda —me acerqué a él y le di un codazo suave, los dos reímos.
Les di un abrazo y comencé a guardar las maletas en el coche. Me estaba costando bastante ya que pesaban mucho, la verdad que no se me daba muy bien hacer maletas.
Quizá si no metieras todo tu armario ahí dentro incluso podrías cerrar la maleta.
Ya bueno pero es que me voy a vivir fuera, no es que me vaya una semana.
Puedes comprarte ropa allí.
Pero así gasto menos dinero, además me gusta lo que tengo.
Tú y yo sabemos que muchas cosas de las que hay ahí metidas no te las vas a poner.
Bueno tú ganas, llevas razón.
—Cariño deja que te ayude.
—Papá puedo yo sola... —murmuré mientras intentaba colocar una de las maletas, que se acabó cayendo al suelo— bueno eso creo.
—Anda quita — me apartó suavemente del coche para poder colocarse él y guardarme las cosas—, déjame mimarte antes de que te vayas, que cuando estés allí no lo voy a poder hacer.
—Bueno venga vale— lo miré con dulzura.
Mi padre terminó de guardarme las maletas. Se acercó a mi madre y se abrazaron, y como si nunca más me fueran a ver se pusieron a llorar como dos niños pequeños.
—¡No me seáis dramáticos!— puse los ojos en blanco—. Estamos a unas cuantas horas en coche y me gusta conducir. Os iré a ver todos los fines de semana que pueda, pero eso si, cuando venga, hacedme comida que me guste, ¿trato hecho?
—Está bien cielo, anda ven aquí y dame un beso— se acercó y me empezó a estrujar como un peluche a la vez que me daba cincuenta besos en las mejillas.
—Mamá para ya, me estas agobiando— dije intentando separarme.
—Vale, perdón, perdón— finalmente se apartó y me dio una suave caricia en la cara.
Me acerqué a mi padre para despedirme de él también. Él era un poco menos exagerado, pero se que también preferiría que me quedara con ellos.
—Te echaremos de menos.
—Yo a vosotros también.
—Mentira.
—Verdad— levanté una ceja.
—Sabes que nosotros pensaremos más en ti que tu en nosotros— afirmaron.
—Bueno, eso puede que sí sea cierto— los tres nos miramos y nos comenzamos a reír a la vez.
No éramos la familia perfecta, a veces discutimos, pero nos queremos mucho, y eso desde luego que iba a seguir así aunque yo me fuera a otro país y no nos viéramos en mucho tiempo.
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Inmarcesible
RomanceCristina tenía un objetivo, irse a Oxford a estudiar bioingeniería. Sin embargo, sus sueños se vieron frustrados por lo que estuvo obligada a cambiar de rumbo su vida. Se mudará a Madrid donde su vida cambiará en muchos aspectos, pero, ¿te atreves a...