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De repente noto como algo traspasa mi estómago, debido a la adrenalina no siento el dolor, pero al bajar la mirada veo que está saliendo mucha sangre de mi vientre.

—Mierda—digo casi sin fuerza en la voz para acto seguido desplomarme sobre el suelo. Siento como si estuviese volando, escucho muchas voces a lo lejos mientras cierro mis ojos lentamente, cayendo en un sueño profundo.

(...)

—Lara!!— Grita mi madre desde la cocina— la cena ya está lista.
Bajo corriendo por las escaleras y me encuentro con mi plato favorito, me siento a comer en la mesa y engullo la comida hasta casi atragantarme. Veo a mi madre reírse de mi acción enfrente.

No te rías de mí— dije haciendo un pequeño puchero. La compañía de mi madre era la poca que recibía durante el día, ya que mi padre siempre llegaba tarde a casa y con cara de pocos amigos.

Después de cenar y despedirme de mi madre vuelvo a mi cuarto y al tumbarme en la cama me voy quedando dormida poco a poco.

—Oi Oi Oi, no te queremos a tí, solo queremos a la niña— no pude distinguir quien hablaba

—Hacedme lo que queráis a mí pero a mi hija no le hagáis nada—Dijo mi madre entre sollozos.

Hice mi cama y me escondí en un compartimento secreto de mi armario. Mi padre me contó la existencia de este sitio en caso de que estuviera en peligro. Esperé a que ese hombre se fuera, y cuando se fue bajé corriendo a ver a mi madre.

La situación era terrible. No sabía como actuar, mi madre tenía la garganta cortada y le salía gran cantidad de sangre. Fui corriendo a verla y empecé a gritarle para que despertase.

MAMÁ, MAMÁ— empecé a llorar desconsoladamente viendo como mi madre moría sin poder hacer nada.

Antes de que tornara los ojos me dedicó una calida sonrisa.

(...)

6 años después

Suena el despertador irritante del móvil, quien diseñaría ese horrible tono, pensé cogiendo fuerzas para levantarme de la cama y prepararme para irme a la escuela.

Las clases pasaron muy lentas, más de lo normal. Mi cabeza estaba pensando en que haría por la tarde ya que no conocía a nadie en esta ciudad.

La campana la sacó de sus pensamientos, esa campana indicaba el final de las clases. Con una sonrisa en la cara salí directa a la cafetería para comer algo. Me senté en una mesa algo apartada del resto y empecé a comer en silencio.

—¿Quién eres?— Estaba tan sumergida en mis pensamientos que casi escupo el agua del susto.

—Me llamo Kato Lara—Miré al chico. Tenía un cabello dorado recogido con una pequeña coletita—¿Quién eres tú?

–Llámame Mikey—Dijo con una sonrisa muy grande—me podrías dar eso?

Estaba señalando un paquete de dulces que había traído para acompañarlo con mi comida.

—Claro. — Se lo tendí en la mano a lo que el se sentó al lado mía y empezamos a conversar de temas triviales.

Con el paso de los meses nos hicimos más íntimos, él me acompañaba a casa y era mi único amigo en la escuela.

Un día volviendo a casa, nos paró un chico de nuestra edad bastante alto y grande.

—¿Eres Mikey?

—¿Quién lo pregunta?

—Los mayores me han dicho que vengas conmigo—Dijo este con un poco de ¿compasión? en su rostro

—Iré, pero solo por que me lo pides tú—Y le lanzó una de sus sonrisas dulces a lo que el otro se quedó un poco sorprendido

Cuando llegamos al sitio, Mikey fue directo al jefe de todos y le dió una de sus famosas patadas nucleares en la nariz.

—¿Cuál es tu nombre?—Dijo Mikey refiriéndose al chico alto que los llevó

—Ken Ryuguji, llámame Draken.

—Seamos amigos, Kenchin.

Después de ese suceso, Mikey y Draken se harían muy buenos amigos. Mikey seguía siendo el mismo de siempre y Draken nunca me trató de manera especial.

Ya pasaron dos años de eso y Mikey manejaba una banda de pandilleros con Draken como 2° al mando. Yo era miembro de esa pandilla ya que era un miembro fundador.



efímero ; draken x tú | EN PAUSA POR BLOQUEO LITERARIO ;(Donde viven las historias. Descúbrelo ahora