Capítulo 5: Buena y mala suerte ¡Una gran confusión!

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¿Puede tener una persona tan buena y mala suerte al mismo tiempo?

Petra era novia formal de Levi y Mikasa empezaba a trabajar en la tienda de té. Las cosas parecían girar muy mal para (...). Al principio no podía resignarse simplemente a la idea de que no podía tan siquiera fantasear con el chico de la tienda de té porque inmediatamente ahí aparecía la imagen de Petra restregándole en la cara que era suyo y de nadie más. Por otro lado estaba el intenso de Eren que parecía nunca rendirse con ella y ella tuvo que voltearlo a ver sin pensarlo mucho.

—Toma.

—¿Qué es?

—Es un jugo, tómatelo.

—¿No le pusiste veneno o algo así?

—Lo único que podría ponerle seria algún tipo de poción para que me ames más.

—¿Un amarre?

—Algo así.

—Baka.

(...) y Eren estaban sentados en la banca de aquella universidad comiendo tranquilamente mientras Eren no dejaba de jugar con su pelo.

—Para ya Eren.

—Me gusta tu pelo, me gustas tú.

—Oye Eren...

—Dime.

—¿Y tu "hermana"  se quedará a vivir en tu casa?

—Sólo es hasta que Jean y ella consigan una casa propia. No te preocupes están trabajando en ello. Jean es abogado.

—¿En serio?

—Así es. Pero no hablemos de ellos.

—¿Y qué hay de tu otro hermano?

—¿Zeke? Pues por ahí debe de andar.

—¿Por ahí donde?

La conversación fue interrumpida por Armin.

—Hola chicos, ¿Pasando tiempo de enamorados?

—Eso intento, pero la mujer esta no se deja querer.

(...) empezaba a suavizarse un poco con Eren y no era para menos, el joven no dejaba de ser insoportablemente encantador con ella.

Aquel viernes temprano la acompañó a casa y ahí en su cama Eren la puso en todo tipo de posiciones.

—¡Ahh! ¡Ah!

—¡Ah! Extrañaba tanto esto ¡Ah!

(...) estaba algo cansada sentada encima de Eren,  el de ojos verdes sosteniendo con fuerza su cintura la movía a su ritmo mientras le lamía y mordisqueaba el cuello con deseo.
Le sacó su último aliento con aquellas embestidas que querían algo más que destruirla, le besó la espalda y la recostó en la cama abrazándola a él, apartando el cabello de la chica de su rostro.

—Te amo...te amo mucho.

—Eren—Lo besó. Se sincronizaron con sus lenguas y se separaron hasta dejarse dormir y así hasta que tuvieron que levantarse y Eren marcharse.

Tan pronto como Eren se marchó Pieck regresó mirándola con picardía.

—Mira nada más, parece que las cosas van muy bien con Pepe.

—¿Pepe?

—Jajaja, tu enamorado.

—Ah, sí eso creo.

—¿Qué ocurre? ¿Aún estás decepcionada por lo del chico de la tienda de té?

—¿Qué dices?

Mi Pepe Le Pew (Eren Jaeger) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora