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Mi nombre es t/n, tengo 17 años, soy latina, mi padre es de nacionalidad coreana y es el CEO de la corporación alimentaria más grande del país.

Soy muy afortunada de tener a un padre cómo él, no por el hecho de que sea un millonario, sino, porque es simplemente el mejor padre del mundo, desde pequeña, me cuidó y me educó pero sobre todo... me amó, y siempre me da la certeza de que lo  hará hasta el fin de sus días.

Ah, también vivo con mi madre... desde pequeña me rechazó, fingía quererme y cuidarme mientras papá estaba, pero cuando se iba, se enojaba por pequeñeces, me golpeaba y se embriagaba.

Jamás olvidaré lo que sucedió un domingo por la noche, mi padre se había ido por un viaje de negocios, mi madre estaba enojada, pues, recuerdo que siempre salían juntos ellos dos por el  fin de semana, pero últimamente mi padre estuvo muy ocupado.

Nuestra empleada doméstica, o cómo yo solía llamarla, "mi nana", se había ido más temprano por petición de mi madre, así que tan pronto terminó su trabajo, me leyó un cuento y me dejó dormida.

De la nada me desperté y me senté, tenía la mente en blanco, estaba totalmente despierta, pero, se sentía como si aún siguiera durmiendo.

Bajé a la sala con mi conejita de peluche en una  mano y con la otra me estrujaba los ojitos, mi madre estaba sentada en el sofá con una botella de vino, mirando a través de la ventana inexpresiva, tenía una ojeras moradas y enormes, y el cabello todo revuelto.

-...mami, ¿tú me quieres? -pensé.

Hubo un largo y profundo silencio, avancé un poco hacia  ella con la intención de consolarla, pues, aunque no  fuera muy cariñosa, la amaba.

-Detente -dijo mamá con firmeza, haciendo que me detuviera en el instante.

Giró lentamente su cabeza y me miró mientras colocaba su brazo sobre el espaldar del sofá y apoyaba su cabeza sobre el mismo.

-No te quiero -dijo... y aunque fueron solo un par de palabras.... sentí que me ardían desde lo profundo de mi corazón.

-Yo...  no te dije nada -tartamudé.

-Entonces pensaste en voz alta -repuso dando inicio nuevamente a un vacío silencio.

-¿pu... puedo preguntar...  por qué? -pregunté abrazando fuertemente y con ambas manos a mi conejita, nerviosa.

Mi madre me miró detenidamente de arriba a  abajo, luego rió levemente, levantó la cabeza y desvió a mirada, cómo pensando en una respuesta, cuándo parecía tenerla, me miró nuevamente.

-Al principio, solo me  gustaba tu padre porque es  apuesto, pero me enamoré de él por su manera de ser conmigo, no importaba cuánto daño le hiciera siempre fue paciente y me amó con todo su ser... y cuando se volvió rico, lo amé aún más... -sonrió orgullosa, pero luego su sonrisa se desvaneció- y luego naciste tú, maldita zorra -masculló con voz estropajosa, mirándome con rabia- eres más joven... y hermosa, estás llena de vida... dice que me ama...  pero tú eres su prioridad -tomó su botella de vino y la arrojó con fuerza a mis pies, se rompió esparciendo su contenido en mi pantalón, me sobresalté del susto y lágrimas empezaron a correr por mis mejillas.

Mi madre se levantó bruscamente haciendo haciendo que  me estremeciera, pensé que me iba a golpear, pues alzó su mano, pero al instante en que se acercó, cayó cómo piedra al piso.

Se había desmayado, en ese momento me puse bastante nerviosa, me agache, la sacudí levemente, y la llamé.

-¿Mamá? Mami... -dije moviéndola, pero solo recibí un ronquido de su parte, dándome a entender que solo dormía, me puse de pie con la cara empapada, abracé a mi conejita, la miré por última vez y corrí a mi habitación.

 ᯽Sᴇᴄᴜᴇsᴛʀᴀᴅᴀ ᯽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora