Capítulo II

31 2 1
                                    

Estaba yendo a la fraternidad de Ross. Me había enviado un mensaje para que nos viésemos y no especialmente para hablar.

Últimamente me decía mucho de vernos y, la verdad, yo no me quejaba porque en el sexo era muy bueno. Estaba haciendo una excepción y me había acostado más de una vez con él, pero no me preocupaba, era distinto. Conocía a Ross de mucho más que una noche y había mucha confianza. Cuando uno de los dos se cansase ya acabaríamos con esto y volveríamos a lo de antes.

Entré sin llamar a la puerta. Ya estaban acostumbrados a verme por ahí.

— Hola Jo— me dijo Jordan, compañero de Ross— Está arriba esperándote— me guiñó un ojo, no era ningún secreto que Ross y yo nos veíamos a menudo

— Buenas tardes Jordan majo

Toqué con los nudillos la puerta de la habitación. Me abrió al medio segundo y no  me dejó saludarlo.

No había pasado el umbral de la puerta cuando ya estaba devorando mis labios.

Enrollé las piernas en su cintura mientras él me apoyaba en la puerta y bajaba sus labios a mí cuello. Me cargó hacia la cama y me tumbó de espaldas quedando él encima de mí. Quité su camiseta, pasaba de estar alargando lo que iba a pasar inevitablemente.

(...)

Tumbados en la cama después de echar varios polvos Ross estaba pasando la mano por mi espalda y yo estaba pensando en irme ya. Había hecho lo que había venido a hacer y no había nada más, con Ross siempre me costaba irme. Éramos amigos antes que todo y no quería que cambiase nuestra amistad.

Me levanté y empecé a vestirme.

— Eh ¿A dónde vas?— dijo Ross levantándose como dios lo trajo al mundo

— ¿A mí habitación?— me reí, era una pregunta tonta— Tengo que estudiar. Por cierto nos vamos a tener que ver menos porque ya empiezan los exámenes y necesito acabar ya— Ross puso una mueca

— Te puedo ayudar— dijo

— Es absurdo Ross. No estudiamos la misma carrera y sabes lo que vamos a acabar haciendo en vez de estudiar— me reí por la gilipollez que él había dicho

— Te ayudó yo a ti y no dejaré que te distraigas— me guiñó un ojo— Nosotros ya hemos casi acabado los exámenes

Es verdad, los estudiantes de tercer año terminaban una semana antes que los de primero.

Lo miré escéptica.

— ¿Estás seguro de que voy a sacar nota?

— Te lo prometo, no voy a dejar que te acerques aunque me lo supliques de rodillas y tenga muchas ganas de que me la chupes

Solté una carcajada, solo Ross tenía ese tono para que me partiese el culo con escucharlo.

— Trato hecho— nos dimos la mano y tiró para que nos abrazasemos— Te juro que como no apruebe te entierro vivo

Rió en mi oído.

— Me vale

(...)

Entré a mí habitación y estaba Dawn, llevaba sin verla casi una semana. Se pasaba los días y la noches con Tyler y no había encontrado el momento para comentarle mis preocupaciones por qué se casase tan pronto. Este momento me parecía idóneo.

— ¿Tienes tiempo para una charla de chicas?— pregunté

— Sí, claro. Hoy duermo aquí— me sonrió, se sentó en su cama y palmeó su lado para que hiciese lo mismo

— No sé cómo empezar esto sin que te siente mal— dije riéndome, quería darle mi opinión pero respetaba que hiciese lo que quería si ellos se amaban

— Ya sé que estás liándote con Ross— dijo apoyando su mano sobre la mía— y me parece bien que hagáis lo que os de la gana pero porfa no le rompas el corazón, separaría nuestro grupo

¿Cómo iba a romper el corazón de Ross? Éramos solo amigos que se divertían, lo teníamos claro los dos y sabíamos que no íbamos a ser nada más y que cuando se terminase nuestra amistad quedaría intacta.

— Ross es demasiado listo como para enamorarse de alguien como yo. No tienes que preocuparte por ello— dije, me sonrió— Dawn, no sé si es muy precipitado que Tyler y tú os caséis tan pronto. Lleváis menos de dos años de relación y no quiero que os hagáis daño

Hizo un mohín pero luego sonrió como si lo que le estuviese contando fuese muy gracioso.

— Jo, sé que lo dices porque te preocupas por mí y no quieres que sufra pero amo a Tyler con toda mi alma y me ha contado todo de él como yo lo he hecho de mí. Sabes que a mí madre no le dio tiempo de casarse con el hombre que amaba porque mi padre murió antes de hacerlo— respiró hondo y continuó— No quiero que a mí me pase lo mismo. Aunque luego no salga bien nuestro matrimonio, tendré la certeza de que me casé con la persona que amaba.

— Joder que bonito lo que has dicho maja— dije riéndome— y yo soy la primera que no cree que el amor esté hecho para todos pero vosotros sois unos afortunados. Te lo decía porque no quiero que luego te arrepientas si no estás completamente segura. Pero con eso me lo has dejado claro, se te ve en la cara— la abracé— no quiero que pienses que no me gusta vuestra decisión, solo creía que te lo tenía que decir

— Jo, estate tranquila. No me ha molestado— rió— De hecho, me parece genial que me hayas querido dar tu opinión y haberme sido sincera— me miró a los ojos— Lo aprecio mucho, de verdad. Llevaba pensando un tiempo esto, desde que Tyler me lo pidió pero ahora me he dado cuenta de que mi decisión era la correcta ¿Quieres ser mi dama de honor y acompañarme al altar?

— ¿Qué? ¿Cómo? Dawn no puedo aceptar eso, seguro que tu madre quiere y no la voy a quitar la ilusión— me encantaría pero no quería molestar a nadie— De verdad que me encantaría y aprecio mucho que hayas pensado en mí

— Jo, mi madre está de acuerdo de hecho fue ella la que me lo propuso. Sabe que eres una de las personas en las que más confío— sonrió acariciándome el hombro

— ¿Segura? ¿Si en cualquier momento cambias de opinión me lo dirás?— asintió con la cabeza— Entonces estaré encantada de ser tu dama de honor— nos abrazamos, parecía mentira que un año antes no nos conociésemos

Después de nuestra profunda conversación y de hablar de planes para la boda nos pusimos a estudiar para los finales, no se aprobaban solos.

Destruyendo Cada Una De Tus ReglasWhere stories live. Discover now