Morena, cabello negro, labios carnosos de pequeña boca, ojos azules, cuerpo delgado pero con unas prominentes curvas, senos pequeños pero un increíble, delicioso y enorme trasero.Así era exactamente la mujer que Léxis estaba mirando en ese momento, y es que en definitiva, nunca había visto una mujer que fuera tan erótica como ella, su andar destilada sensualidad y en sus curvas se reflejaba la carisma de sus dotes.
Pero....
¿Por qué demonios tenía que ser mi profesora de literatura griega?
Y su nombre...maldita sea su nombre porque le queda como guante a la mano, maldita, bella y deliciosa... Afrodita.
Estaba seguro que no era el único que soñaba despierto con ella.
Sus ojos cuando te miraban, hacían que vieras la tormenta de deseo que se ocultaba en su interior.
Y Joder, quería ser el primero en destapar ese tormento.
Sus labios, esa boca pequeña, que quiero profanar.
Todos las noches soñaba con meter su enorme polla dentro de esa minúscula boca y saber si era capaz de aunque sea meter la punta.
Porque no iba a engañar a nadie, tenía una enorme verga que no todos los hombres tenían, era lo suficientemente gruesa, que incluso la perra de la universidad no había podido meterla bien y de larga ni se diga.Había intentado acercarse a ella varias veces, pero la muy mala se hacía la pérdida e inocente y se escabullia y él sabía exactamente la razón de eso: la había visto masturbandose y si eso no fuera todo, el material con que lo hacía era con una foto de uno de sus estudiantes completamente desnudo( no sé de dónde la consiguió ).
Verla de piernas abiertas, mientras se auto-penetraba así misma con sus dedos, sus dulces y morenos pezones al descubierto, lo habían tenido desde ese día con la polla levantada y demonios, ya estaba cansado de eso, quería darle tan duro y fuerte, escuchar sus gemidos, pero que ahora fuera en vivo y directo para él.Faltaban pocos minutos para que se acabara la clase y los iba aprovechar, tomando sus cosas salió del salón y espero afuera de la puerta, escondido en una parte.
No faltó mucho para que sonara la campana de fin de clase.
Todos salieron volando ya que era la última clase, esperé con la poca paciencia que me quedaba a que todos salieran y sin más entré, cerré de un portazo y eché seguro.
Ella pegó un brinco en su lugar debido al sonido y se volteo a mirarme y vi como pasaba saliva fuertemente.- Estudiante Lexis, ¿necesita algo de mi?
- Oh, por supuesto que sí ; verá usted señorita Afrodita, yo necesito todo de usted.
Con cada palabra que decía me acercaba más y más a ella mientras que ella retrocedía, hasta chocar contra la pared.
- Verá usted, tengo un muy pero muy enorme problema con usted.
- Con...migo?
- Así es.
Alce mi mano para tocar su rostro y detenerme en su boca.
- Su boca...desde hace unas semanas, me está llamando y voy a responder a ese llamado, metiendo mi verga ahí.
Al terminar de decir esto metí dos dedos en su boca, acercándome a su oído le susurre con una voz gruesa y dominante que desconocía de mi:
- Chupalos.
Esperaba un réplica, un reclamo e incluso un insulto de ella, pero ella, me miró como si hubiera encontrado el nuevo propósito de su vida y me sonrió de tan inocente, que me pasó un escalofrío por toda mi espalda
- Si, Amo .
Contra todo pronóstico se arrodilló y se abrió de piernas, haciendo que su falda se subiera hasta su cintura y dándome paso a ver sus bragas blancas, con su mano cogió la mía e hizo lo que le ordene: chupar mis dedos.
Bendita vista, es un deleite verla ante mis ojos así como esta.
Dentro de su boca es caliente, su lengua enrolla mis dedos de forma dulce y perspicaz, que estoy dudando seriamente si sabe que lo que tiene en su boca son mis dedos y no una polla.
Viéndola así, me dan ganas de todo, siento que mi verga no va a poder aguantar más dentro de mis pantalones.
Estoy teniendo un autocontrol que no sabía que tenía.