La amo... Sólo por Hayley

Capítulo 2

La mire al escuchar eso, pues me sorprendió, ella no lo conocía y decía que era guapo.

-Eso no lo sabes, Andy, ¿o sí? –le solté de golpe, puesto que quería saber.

-Bue… bueno –tartamudeo y volteo a ver a los lados buscando a alguien- No, pero, supongo que es guapo –soltó una risita nerviosa.

-Claro, solo... Ten cuidado- La tome de las manos- sé que me ocultas algo- la mire directamente a los ojos- No quiero que te pase algo.

-No, no está pasando nada- esquivo mi mirada, eso me molesto mucho, ella nunca hacia eso, me di la vuelta y fui al jardín a buscar a Jade.

La música estaba solo como fondo no había mucha gente y menos estaba Ashton, Ashton, ¡Zayn! Por dios se me olvido por completo.

Di la vuelta de inmediato, para buscar a Zayn... Pero maldita sea…

-¡Estúpido fíjate por dónde vas!-Mi cuerpo había chocado con el de alguien, bien, ahora mi bebida estaba regada en el piso revelando una mancha roja.

-¡Perdón! Pero la que se tenía que fijar eres tu- Una voz gruesa contesto gritando, alce la vista del suelo, un hermoso chico de cabello rizado estaba parado enfrente mío, con una cara no muy agradable.

-¡Yo no tengo porque disculparme! -le grite sin saber muy bien qué hacer. Él chico soltó una risa ronca y se dio la vuelta, haciendo una seña con su mano de: ya, déjalo. Yo me quede ahí y después camine hecha furia buscando a Zayn.

 -¡Hey, Han! -Jade me grito y me di vuelta sobre mis talones y la vi mirándome un poco asustada, intente calmarme- ¿Estás bien?

-Sí, eso creo -sonreí levemente, un poco más calmada.

-¿Pero qué te paso?       

-Nada, es que choque con alguien y el idiota me hizo enojar... -ella asintió.

-Bueno, ¿y Andy? -señale un lugar al azar y negué con la cabeza.

-Estaba por allá con Zayn cuando yo vine a buscarte -sonreí distraídamente.

-Bueno, ¿y tú, para qué me querías? -sonrió de lado.

-No, nada más quería verte -camino hasta mí y me tomo del brazo jalándome.

-Bueno, vamos con Andy y Zayn, ¿dónde dices que estaban? -camino a paso animado, hasta que llegamos a donde se encontraban, ahí con ellos estaba el chico con el que había chocado y Ashton.

-¡Harry! ¿Ya conoces a Hanna? -trague saliva al ver que el chico era Harry, me miro de pies a cabeza y negó.

-No, no la conozco -me quede confundida al ver que no dijo que los dos habíamos chocado...

-Está bien, Hanna el es Harry, mi primo, Harry ella es Hanna -sonreí y Jade me dejo ahí con él.

-Al fin nos conocemos, formalmente -dijo con su voz ronca, esa voz derretiría a cualquiera chica, menos a mí, extendió su mano para que yo la tomará, dude un momento antes de hacerlo.

-Sí... -me estrecho la mano y después intente quitarla, pero él le dio un pequeño apretón y no me dejo.

-Mucho gusto, preciosa -Se acerco mi mano a su boca y la beso, yo hice una mueca de asco y sonrío coquetamente sobre mi mano.

-No me llames así -lo mire mal y soltó mi mano.

-Uy, la princesa se pone de reina -Me aguante las ganas de darle una bofetada y camine, pasando a su lado hacia Andy.

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La música sonaba intensamente y lastimaba mis oídos, sin embargo, mi corazón latía con fuerza, haciendo que mis caderas se movieran al ritmo de la música...

-Hanna, estas muy tomada- Andy me tomo de los hombros para que me tranquilizara- Hanna, linda, mírame, tenemos que irnos-  la mire y luego mire a Harry estaba recargado en una mesa, hace mas de unas 3 horas  que no dejaba de verme, su mirada ¡ME VOLVIA LOCA!

-No... Andy... vete tu... si... quieres- tartamudee, el alcohol ya había hecho mucho efecto en mi, ella me miro enojada.

-Si eso es lo que quieres… Me iré, cuídate- se dio la vuelta y se fue, dejándome sola, yo comencé a mover mi cuerpo seduciéndolo lo mejor que pude, mire y Harry se estaba acercando a mí con una sonrisa picara en su cara, se tambaleaba de un lado a otro.

Llego a mi lado y me tomo de la cintura acercándome a él. Hizo que pasara mis brazos por sus hombros y acerco su cara a la mía, sabía muy bien lo que hacía.

-¿Quieres ir a otra parte? -murmuro en mi oído con voz de ebrio, pero sexy, me estremecí al escucharlo.

-Si... -me mordí mi labio y él se inclino para besarme apasionadamente.

Mientras me besaba empezó a caminar, arrastrándome hacia las escaleras, nos separamos y me tomo de la mano, empezó a subirlas llevándome a un cuarto, con las paredes negras, cerró la puerta detrás de mi, sentí sus manos cálidas en mi cadera, intente acostumbrar mis ojos ante la poca luz que entraba por la pequeña ventana, lo único que pude lograr ver fue sus ojos verdes reluciendo ante la poca luz, en ellos había un toque de lujuria, o deseo, sentí una punzada de terror en los más profundo de mi pecho, pero la ignore y me deje llevar entre sus manos, me acaricio la mejilla mientras sus ojos comían mis labios, sin hablar, su mano derecha tomo mi cintura y me acerco a él.

-¿Estás segura de esto? –Su voz ya no era tartamuda, como si el efecto del deseo anulara el alcohol. Mis ojos fueron de los suyos a mis manos temblorosas que solo estaban tocando su pecho.

-Sí, estoy segura –Sin decir más me cargo por la cintura, enrede mis piernas alrededor de él, comenzando a besarme, ya no eran los besos de lujuria, eran tiernos y cálidos.

Me deposito en la gran cama colocándose encima de mí, suavemente abrió el cierre de mi vestido, y lo deslizo a través de mi cuerpo, con la sutileza que jamás pude imaginar que tendría un hombre, cuando estaba sólo en ropa interior empezó a besar mi cuello, suavemente, bajo por mi pecho tan lentamente que creí que estaba a punto de morir a causa de su dulce tortura y simplemente quería que toda barrera entre nuestra sedienta piel se rompiera, quería sentirlo, así que deslice mis manos por sus caderas y comencé a subir su camisa.

-¿Qué haces?

-No quiero ninguna barrera entre tú y yo –Jadeando.

 Frunce el ceño mientras lo piensa y finalmente se decide…

-Así me gusta –con una de sus típicas  sonrisas que quitaría el aliento a cualquiera, en ese momento me lo quito a mí.

No lo pienso dos veces y paso su camisa por encima de su cabeza e inmediatamente mis ojos se encuentran con un bronceado y tonificado abdomen, que sin dudarlo me encantaría besar y así lo hago, me acerco a él y deslizo mis labios suavemente a través de aquel perfecto abdomen y sin darme cuenta, ya estoy desabrochando su pantalón, con tanta necesidad, tanto como si así dependiera mi vida, lo necesito ahora, quiero más…

Y como si hubiera leído mis pensamientos, derrumbo aquel pequeño muro que se interponía entre nosotros convirtiéndonos en uno mismo...

Era una sensación inimaginable, pasión y delicadeza a la vez, era una sensual danza entre dos cuerpos llenos de placer...Nuestros cuerpos se mantenían entre el cielo, pero lamentablemente al tocar el punto más celestial, todo termino con un simple roce de labios.

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