Ayúdame a ser mejor | Lukanette +18

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Cuando Marinette llego a su casa soltó un pequeño suspiro recargándose en la puerta.

-¡Mamá, papá, ya estoy aquí!

Dejando su mochila a un lado dio un brinco en su lugar cuando en vez de escuchar la voz de sus padres, sonó la de un guapo peliazul.

-Hola, Ma-ma-marinette.

Ella colorada volteando a mirar al más alto ¡Luka estaba en su casa! Él se acercó a paso decidido y al estar frente a ella le dio una encantadora sonrisa antes de besar su frente.

-L-luka ¿Qué haces aquí?

-Quería pedirte que me acompañes a un lugar.

-¿Y mis padres?

-Tuvieron que salir.

-¿Te dejaron solo aquí? -cuestiono sin poder creerlo.

El peliazul río, es obvio que se fueron solo un minuto antes de que ella llegara, es hora de llevarla a su sorpresa.

-Puedo ser muy encantador si me lo propongo.

Ya lo creo.

-De acuerdo ¿Me dejas cambiarme?

-Por supuesto, déjame ayudarte con tu bolso.

Marinette encantada por lo caballero que es el peliazul no le pudo decir que no, comenzó a subir las escaleras en compañía del más alto.

-Lamento que no nos viéramos ayer.

-¿Me extrañaste? -pregunto ilusionada y con las mejillas rojas. Luka sin perderse detalle de eso, hizo su cabello hacia atrás avergonzado.

-La verdad sí. -los dos se quedaron mirando con unas bobas sonrisas hasta llegar a la habitación de la chica, Luka después de dejar el bolso en la cama se disponía a irse y dejar que ella se cambie.

Pero Marinette tenía otros planes.

-Descuida, podemos hablar mientras me cambio.

La azabache camino hacia un divisor de pared con diseños de flores blancas, ya tenía la ropa lista para usar, después de todo tenía la esperanza de ver al peliazul.

-Tenía la esperanza de que hicieras eso después de la tercera cita. -bromeo Luka dándole la espalda al divisor y así darle privacidad a la chica que se cambiaba.

Ella sintiendo como se le subían los colores, se dio palmadas en las mejillas.

-¡N-no seas tonto! Es de mala educación dejarte solo.

Luka río para sus adentros al escuchar el tono avergonzado de la menor. Su vista se desvío al cuaderno de diseños de la azabache sintiendo orgullo.

Los diseños de Marinette eran increíbles, se notaba que usaba mucho talento para cada uno de ellos, sin poder evitarlo comenzó a ojear el cuaderno, viendo con orgullo en su pecho con cada uno. No tiene ninguna duda de que ella será una talentosa diseñadora de modas.

-Tienes razón, aún no te pido una segunda cita.

-¿Tuvimos una primera cita?

-Creo que debería pedirte otra primera cita, mereces algo mejor aún.

Marinette oculto su rostro en la chaqueta ¿Por qué Luka es tan tierno?

El chico aún miraba sus diseños cuando quedó inmóvil, en algunas hojas habían dibujos ¡Suyos! Luka comenzaba a sonrojarse y una amplia sonrisa apareció en sus labios.

Noto como hizo los trazos con tanto cariño, había pequeñas manchas que demostró que lo borro y volvió a hacer hasta estar satisfecha con el trabajo. Lo que más le impresiono fue como pinto sus ojos, hasta el propio Luka llegaba a sentir la mirada intensa que transmitía. En una esquina pudo ver las iniciales de ambos con su corazón golpeando por mil. Le encantaba Marinette.