«Daddy.» [Larry Stylinson] [OS]

1.

Los pasos de las enfermeras se escuchaban por todo el hospital. Se veía a una que otra chica del hospital con una carpeta en sus manos. Unas personas caminaban desesperadas con familiares, amigos o simplemente solos. El ojiazul, que estaba sentado en la sala de espera, comenzó a mover sus pies, inquieto.

—Joven Tomlinson. —Una chica se le acercó, tenía el cabello rosado, según el membrete que cargaba, su nombre era  Arianné.— La cita con la doctora White tuvo que cancelarse, pues tuvo unos problemas y no puede atenderlo. —Se disculpó.— Si desea, puedo separarle turno con el doctor Styles. 

—E-Está bi-bien no hay pro-problema. —Tartamudeó el ojiazul, al notar que le había tocado un hombre. No era algo que le molestara, ya que sentía atracción hacia estos, pero nunca antes había sido visto o tocado por uno.

—Claro, joven, enseguida le asigno el turno. —La chica  le sonrió, mostrando su blanca y perfecta dentadura, transmitiéndole confianza. Se dió la media vuelta y se retiró de ahí. Al ver que ella había desaparecido, desvió su vista a otro lado de la sala donde se encontraba.

—Harry Styles.. Ese nombre me suena, en algún lado lo he escuchado. —Murmuró para él mismo, mientras que tomaba su celular, desbloqueándolo, para luego abrir su navegador Chrome. Con rapidez tecleó las letras "Harry Styles" y pulsó buscar. 

Un montón de páginas aparecieron en su teléfono, pero se dirigió a las imágenes, y se sorprendió al ver que era el mismo hombre que había visto hace unas semanas siendo entrevistado por un canal de salud y bienestar. ¿En verdad él iba a hacerle los exámenes? Suspiró y volvió a guardar su celular. Este sentía algo de nervios al saber que ese ojiverde iba a estar revisándolo, por unos cuantos minutos.

  —Louis Tomlinson. —Él levantó la cabeza, reencontrándose con la chica de cabello rosa, esta le hizo una seña de que lo siga. Obedeció y ella lo llevó a una sala donde decía "Dr. Styles" con letras de color negro. Lo hizo pasar a aquel lugar y se retiró, no sin antes susurrarle un "Tranquilo, todo va a estar bien" y de ahí  sólo quedaron el doctor Harry y el paciente Louis.