Se podía decir que la noche era joven y más para estos dos. Hay que decir que los dos eran conscientes de lo que iban a hacer y estaban preparados. El detective comenzó a bailar con el robot. Un baile sencillo y relajado, mientras hacían contacto visual, el cual ninguno estaba avergonzado en absoluto. Se miraban con mucho amor, estaban cada uno perdido por el otro.
Seguían bailando, cada vez más cerca estaban sus cuerpos, era como si estos mismos se necesitaran. El pelo azulado decidió empezar un beso al cual fue respondido al segundo. Ya habiendo dejado la postura del baile, el robot tomó las mejillas del detective y él lo agarró firme de su cadera. Ese beso era como el baile, tranquilo y lento, hasta el momento. Literalmente los labios del robot eran metálicos, pero el detective los sentía como unos reales, humanos, le resultaban suaves y esponjosos. Para el robot, probar los labios humanos del pelo azul era como estar en la gloria, con eso podría sentirse humano de verdad.Separándose por falta de aire, el detective empujó gentilmente al robot a la cama y seguidamente se puso encima de él, haciendo que las piernas robóticas estén alrededor de su cadera. Quedando arriba el detective y debajo el albino, estos volvieron a hacer contacto visual ya que el mayor quería que el pequeño le diera autoridad para poder comenzar.
—Saihara, no hace falta que tengas mi permiso, estoy seguro y cómodo. –
El robot le dijo con una sonrisa, al cual el pelo azul le devolvió. Este agarró al albino del mentón y se juntó más a él para poder besarlo de nuevo, aunque este beso era algo más rápido y deseoso, pero en ningún momento era algo lascivo pues el mayor quería que todo fuera suave para el albino y poder disfrutar con él.
Tras acabar otro beso, Saihara se acercó al cuello de su amado, tal vez no podía morderlo, pero si lamerlo y chuparlo. A este no le importaba en lo más mínimo que fuera de metal.—Tienes suerte en que no pueda dejarte marcas. –Shuichi exclamó.
El detective soltó una risa como en burla en lo cual el albino también se sonrojó y miró hacia otro lado. Empezó a quitarle la camiseta al robot, ya que este en casa llevaba una prenda de Saihara porque le gustaba mucho y de vez en cuando se vestía.
Podía observar como este no tenía su traje robótico entero, prácticamente estaba desnudo al 100% al cual el albino se tapó la cara por lo sonrojado que estaba, era la primera vez que hacía esto. Sus manos fueron retiradas al instante pudiendo observar el tono rojizo que tenía en sus mejillas. El detective comenzó a lamer todo su torso hasta llegar a su parte débil. Prácticamente no había nada, pero podía hacerlo salir.
Estaba agarrando la almohada con ambas manos, apretando y gimiendo mientras el mayor recorría cada esquina de su cuerpo con la lengua. El miembro del robot salió y no tardó en ser chupado por el detective. Agarrándolo con una mano y metiéndolo hasta el fondo de su garganta haciendo la acción de subir y bajar. Era obvio que el robot no tenía el líquido seminal como los hombres, pero tenía uno muy parecido y el cual dejó salir cuando este llegó al orgasmo, soltando un grito.
— ¿Tan rápido? —Dijo Saihara.
Ya sabes como soy. Respondió su pregunta.
Tras haber terminado, el robot sintió la necesidad de ser más protagonista y, dando todo la vuelta, lo consiguió. Ahora quien estaba abajo era Shuichi, y encima de él, Kiibo. Era obvio que iba a dejar todo su cuello lleno de marcas y chupetones. En cuestión de segundos, el albino se acercó al cuello, comenzando a darle pequeños besos de deseo en este.
Saihara podía sentir la respiración pesada y agitada del menor y eso le ponía más y más.—No te preocupes, acomodé mi mandíbula para que no ejercer mucha fuerza. —Kiibo le comentó.
Y así fueron las últimas palabras antes de dejar la primera marca, a decir verdad, el detective estaba muy sonrojado para ser el dominante.
El robot pasó su lengua por encima de los músculos del cuello del pelo azul, pudiendo saborear y crear más excitación para los dos. Cada que dejaba un moretón, lamía. Así hasta dejarlo suficientemente notable a simple vista. Eso no era todo, tras acabar en esa parte, el albino miró lascivamente al detective; agarrándolo del cuello de su camisa, lo levantó para poder besarle. Ese tercer beso era ya signo de que se necesitaban sexualmente ya, necesitaban gozar y disfrutar corporalmente de cada uno.
Kiibo empujó de vuelta a Shuichi dejándolo tumbado de nuevo. Comenzó a despojarle de su camisa, no tenía cuidado, lo necesitaba cada vez más. Tras tener el pecho descubierto este se relamió los labios, fijándose concretamente en sus pectorales y sus pezones.
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Saiibo [ +18 ]
FanfictionUn detective que tiene un noviazgo con un robot deciden tener una noche joven. One-Shot corto.