Hay chicas de quince años que hacen esfuerzos sobre humanos para meterse al pulmón sus primeras fumadas. Las idiotas cruzan las piernas y levantan el cigarrillo entre dos dedos exhibiendo una falsa sensualidad. Creen que escupiendo humo y oliendo a cenicero lucen más provocativas y maduras. Basura. Porquería. Todos quieren ser lo que no son y miles de muchachos de carácter débil y precarios principios se dejan manejar por la publicidad y por los mayores vicios.