Prólogo.

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—Como aquella vez que te enamoraste de un ángel, ¿recuerdas?

Esa pregunta me hizo recordar momentos pasados, momentos no tan malos, pero que tampoco fueron buenos. Ella sabía que me jodía que me recordaran aquel tema.

—Sabes que no me gusta hablar sobre eso— respondí, enfadado — ¿por qué tienes tanta jodida curiosidad?

— Vale, vale. Pero, ¿cómo se llamaba ella?

Su nombre, desearía nunca antes haberlo escuchado.

—Bellini, su nombre era Bellini. ¿Podemos cambiar de tema?

—Justo como bella, ¿no es así?— sonrió — Pero mira nada más, me voy unos meses y vas a por el ángel más deseado del cielo. Tengo que cuidarte más, y no dejarte solo tanto tiempo, Tadeo.

Comenzaba a enfadarme. Recordarla, me dolía. Dolía como nadie podría entenderme.

—Será mejor que me retire — anuncié — tengo unas cosas que hacer. No fue un placer verte de nuevo, Alice.

—¡Tarado! — rió — ¡Será mejor que te cuides las alas!

Cuando los demonios se enamoran entre sí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora