Capítulo 21: Guardando información

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Pia:

Dias después..

Resulta que Franco se habia quedado sin batería en el transcurso que hablo con mi madre, y eso incluyo no poder enviarme un texto. Cuando llego a su casa y lo cargo, rápidamente me escribió diciéndome con simples palabras: "Todo ok". Sabia que no quería entrar en detalles para hacerme sentir mal, y yo, se lo permiti. Necesitaba alejarme de todo este tema lo mas rápido posible y si el seguia recordandomelo no podría. Aaron habia estado feliz, demasiado debo decir, cuando le comente si podria venir a vivir a su casa; por supuesto su respuesta fue afirmativa. Todas las mañanas me despertaba antes que el, lo observaba dormir plácidamente y le daba un beso en la mejilla antes de ir a preparar el desayuno para los dos. El colegio no iba ni bien ni mal, salvo contando el hecho de que aun faltaba un año mas para recibirme. Con las unicas personas que hablaba era con Beis, Scott y por supuesto Aaron, en el colegio nadie me miraba de mas y eso me aseguraba que el rumor no habia llegado a oídos de la secundaria; todavía. Pero.. ¿Que mas da si se enteran? No es como si fuera a morirme por un par de personas sin vida propia anden chismorroteando cosas mias.

Hoy, cumpliamos un mes y una semana de estar junto a Aaron, asi que me habia invitado a cenar. Yo le dije que no hacía falta ya que no era una fecha que hace falta celebrar pero sus palabras exactas fueron:

- Cada minuto contigo vale la pena celebrar.

Obviamente, luego de esa frase tierna y hermosa lo bese tanto que creo que podria haberle comido los labios prácticamente.

Sonreí inconscientemente bajo la atenta mirada de mi novio, su mano se extendió por sobre la mesa del restaurante y agarro la mia.

- ¿Pensando en mi? - Dijo con fingida soberbia.

- La verdad, si - Reí haciendolo sonreír a el también.

- Amo tu risa - Piropeó.

Baje la mirada, sonriendo como boba, para evitar que me viera colorada. Aunque suene raro, todavía me sentia una chiquilla cada vez que me decia algo bonito, no estaba acostumbrada.

- Amo también cuando te sonrojas - Prosiguió - no bajes la vista, me gusta ver tus ojos.

Con toda la seguridad que pude reunir en ese momento levante la vista para encontrarme con esos ojos azules perfectos que me miraban, admirandome.

- Tus ojos son jodidamente hermosos, Azulcito, ¿Te los puedo robar? - Sin querer mi vista bajo para delinear su perfecta mandíbula cuadrada texturada con esa hermosa piel pálida que solo el podía poseer.

Se llevo su mano al lateral de la mejilla, cuando me pillo mirándole, y yo me sobresalte.

- ¿Porque me miras la mandíbula? - Pregunto intrigado - Todo el mundo hace eso y es raro - Alcé una ceja.

- ¿Todo el mundo? ¿Quien es todo el mundo?

El río entre dientes y se mordio el labio.

- Celosa - Bramo - igual, no lo dejes de hacer, amo que lo hagas.

Iba a objetar algo, pero el camarero llegó con la cuenta, que minutos atras Aaron había pedido.

Mi novio pagó amablemente la cena, sin darme tiempo a rechistar, y luego salimos los dos por el restaurante.

Hacia un poco de frío, y mi vestido negro no tapaba mucho a decir verdad. Aaron se dio cuenta de eso y me tendio su saco, quedando únicamente en la camisa blanca manga larga y jeans negros.

- Gracias - Le agradecí cuando comenzó a ponerme el saco por los brazos.

Como si fuera una reacción de supervivencia gire mi vista hacia el final de la calle. Por la esquina aparecieron dos personas, una mas alta que la otra, inmediatamente reconoci a Franco cuando su mirada conectó con la mia y yo me paralice.

Mi PadrastroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora