La conocí en primer grado, apenas la vi, caí a sus pies, literalmente.
Como siempre, mis pies dieron una mala jugada haciendo que termine a sus pies y no, no fue como en las películas románticas en las que la chica se cae y su persona le levanta sus libros al mismo tiempo que ella. Fue todo lo contrario, se río de mí, era entendible, mi cara fue muy graciosa.
Era una niña, pero ya babeaba por ella.
La segunda vez que tuve un mínimo acercamiento a ella fue en quinto grado, también me había caído, pero esta vez me tendió su mano para ayudarme, me dedicó esa sonrisa tan perfecta que tiene, de solo recordar su sonrisa babeo por ella. Estuve casi todo el verano hablándole a mi mejor amiga sobre aquella vez que me sonrió, según ella debía hablarle, pero según yo no. Ambas eramos muy vergonzosas y no de muchos amigos, al principio creí que la admiraba ya que nadie me había avisado que me podría llegar a gustar una chica, hasta que a eso de los 13 años pude entender que me gustaban las personas en si, más allá de su género.A todo esto, aún no dije su nombre, wow. La chica la cuál me tuvo babeando por tantos años, es Jazmín.
Pasaron unos cuantos años desde la última vez que la vi, fue en 6to grado, cuando nos egresabamos de la primaria, en ese entonces me mude y no volví a saber de ella, hasta hace unas semanas atrás, la vi en una fiesta, la fiesta de mi actual novio Noah.
Nota de la autora:
holap, no soy escritora profesional solo escribo por diversión y porque estoy inspirada, sisi. Si hay algo que corregir, déjenme en los comentarios <3