Capitulo 1

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Me sostuvo de la cintura de una manera brusca, pude sentir la fuerza que ejercía sobre mi piel pero no era absolutamente nada doloroso, era más bien placentero. No pude evitar abrazarlo con las piernas mientras me llevaba hacia la mesada de la cocina, claramente no era para cocinar. Llevé mis labios hacia su cuello y su perfume rápidamente inundó el ambiente, eso hizo que mis hormonas se encendieran aún más y manejaran el ritmo de mis manos sobre su pecho tan marcado. Una vez en la mesada deslizó sus manos por mi cintura hacia mis muslos, mi respiración ya estaba cambiando, y la suavidad con la que se maneja hace que esté tan húmeda que no pude evitar sonrojarme cuando sus manos tomaron rumbo hacia mi ingle...

De repente me desperté agitada, con un calor que me sofocaba. Observé la almohada y estaba toda babeada, Bella estaba en su lugar mirándome de forma extraña. No sé si por mi arrebato o por mi sueño tan inocente. Me sonrojé.
Me gustaría saber por qué de repente sueño con una persona que vi... no sé, ¿una vez? Me está volviendo loca. <¿Cómo era su nombre?> No puede ser que no lo recuerde si el pobre tipo me ayudo con mis cosas cuando cayeron al piso, pero también hay que darme un poco de piedad cómo no iba a perderme en esos ojos color miel que me miraban de una forma compasiva al verme en el suelo tendida. Tendría que ser un poco más despierta al caminar por la ciudad, un día de estos me mato sola. Pero todo por chusmear las redes sociales de Victor, mi ex. Ya, lo tengo que superar.

Bella pegó un ladrido y volví de mis pensamientos, miro la hora y son las 6am, sólo tengo dos opciones en este momento que son dormir o levantarme. Pero elijo levantarme por más que desee estar más tiempo en la cama, aunque si pudiera volver a dormir y retomar el sueño creo que está claro que opción erigiría.

Bebí mi café matutino y recogí todo lo que necesitaba para el trabajo, lo más complicado es elegir la vestimenta dado que mi trabajo es muy formal para una chica como yo que sólo gusta pasar el tiempo con jogging y remera normal. El día gris ameritaba el pantalón palazo negro acompañado de una camisa blanca bastante delicada a mi parecer y el blazer negro haciendo juego hasta con el clima, el maquillaje es algo que acompañaría perfectamente pero es lo próximo en mi lista de cosas por aprender, no se me da bien pero tampoco le pongo mucho entusiasmo al respecto.

-Buen día grupo, espero que hayan comenzado la mañana tranquila. Yo amanecí mojada.- Dije entre risas mientras mandaba el audio de WhatsApp a mi grupo de amigos, o aguantologos.

Subí al auto y me dirigí por la avenida hacia la oficina, suerte que no queda lejos de casa y al salir temprano llegué más a tiempo que de costumbre. Lo único que te puede retrasar algunos minutos a penas es si agarras algunos de los semáforos en rojo pero creo que eso pasa cuando tenés un mal día y te pasa más de una juntas.

Suena el celular y una notificación del grupo aparece.

Julio
-Dios mío Amalia, se me dió por escuchar ese audio a todo volumen.

Beatriz
-Vamos, que seguro lo dijo por el calor que está haciendo jaja

Amalia
-Perdón, me olvido que cuando estás ocupado pones los audios para que los escuche medio mundo.

Dejo el teléfono a un costado y me limito a preparar los últimos detalles de la reunión que se aproxima, lo cual ya me esta aburriendo de solo pensarlo. Tengo que presentar colores que estén a la moda esta temporada para crear una magnifica prenda que sea toda una obra de arte, o por lo menos la más vendida ¿no? Me gusta mucho el amarillo que había elegido, también el coral y el verde agua. Aparto la notebook y pongo en frente el libro de muestras de tela que había podido conseguir de la tienda "Blue", de tanto insistir pudieron atenderme a tiempo dado que al ser la más utilizada por todo el mundo me iban a poder proveer el libro en un millón de años. Al pasar las páginas noto que en la parte del satén faltaba el color amarillo que tanto quería presentar. Me desespero, esto no tiene que pasar. ¿Dónde podría estar? Vamos, que si no presento todas las ideas completas me matan. Busco entre el resto de los cuadernos, nada. Abajo del escritorio, nada.
Respiro profundo y pienso. <pensa, pensa. ¿Dónde lo dejaste?> Podría pedir otra cita y pedirles el mismo modelo de la tela que me falta, pero la reunión es mañana. Mierda. Mierda. Encima con todo esto de un nuevo lanzamiento vienen nuevos inversionistas a observar nuestras ideas. Okey, relajate, podes probar suerte con otro color. 

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Me senté en la mesa que acostumbrábamos cerca de la ventana para observar la gente pasar, pedí mi tirada de IPA como siempre, y Jorge no dudo un segundo en traerme los pochoclos salados que nunca fallan. Me dedicó una sonrisa amistosa y volvió detrás de la barra. Es un chico apuesto la verdad, se viste muy bien pero hay algo que me incomoda y son sus rulos, es como que se apoderan de toda su cabeza hasta juraría que tienen vida propia. 

Desde que descubrimos este lugar es nuestro favorito para cortar la semana, y lo bueno es que ya conocen nuestros gustos. Se abre la puerta del bar y entra Beatriz despampanante como siempre, traía puesto un vestido con espalda descubierto color rojo, unas botas tejanas color negro, el saco en el brazo y traía el cabello suelto, las ondas que llegan hasta los hombros la hacen lucir mucho más jovial.  Siempre luce guapísima y sonriente. No me sorprende en absoluto que siempre tenga un hombre para liar.

-Hola Amalia, ¿Cómo estás?.- me saluda con un beso para luego dejar el saco en el respaldar de la silla y hacerle una seña a Jorge para que traiga una tirada también. -Como que a este le entro un rato.- ríe.

-Ya te veo en plan con David Bisbal.

-No seas mala que debe tener lo suyo.- guiña un ojo y ríe. 

-Deja al pobre chico en paz.- Dice Julio entre risas acompañado de Carol. Julio traía puesto su pantalón ajustado color azul oscuro y una camisa que le quedaba de puta madre, azul marino con detalles en blanco. Esa ropa dejaba notar que se mataba en el gimnasio y que claramente tiene muy buen gusto. En cambio Carol es  un poco más jugada pero siempre a la moda. Traía puesto un pantalón corto bordo con un enorme moño en la parte delantera y una blusa suelta color vino. De igual forma estaba guapísima.

-Chicos, les tengo que confesar que no dejo de pensar en ese hombre.- dije llevándome la mano a la cabeza en forma de torpeza.

-Mira que después de describir lo guapo que era hasta yo tuve sueños mojados.- río Beatriz

-Eso de seguro.- Bromeó Julio.

-Pero lo que yo no entiendo es como no te acuerdas su nombre. Te pasas.- mencionó Carol.

-Bueno basta que ni puta idea de quién es.- quise cambiar de tema para no recordar el sueño que se me venía a la mente. -¿Ya saben a dónde vamos a ir el próximo fin de semana? miren que mis días ya los pedí y necesito escaparme de la rutina.- le di un sorbo a mi cerveza que por cierto estaba totalmente increíble. 

-Fija la costa, y más ahora que de seguro debe haber más turistas que lo habitual.- dice Beatriz guiñando su ojo derecho.

-Yo me apunto.- dijo Julio sin pensarlo después de tomar su trago de campari.- Es mi oportunidad para despejarme y conseguir algo no tan problemático.- refiriéndose sin dudar a liar con cualquiera que pase. Igual sin dudas tenía todo mi apoyo. 

Bebimos unas rondas más y no dejamos de reír en toda la noche.  

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AmaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora