Creo que debí ponerme las medias para lucir un poco más natural pero bueno, la resaca hizo lo suyo pero por suerte existe el hermoso anti resaca que me alivia las mañanas duras, y no nos olvidemos del café. Alabado seas café. Le di un sorbo a mi segunda taza y entré a la sala de reuniones para ir dejando los libros sobre la mesa, ya estaban algunas de mis compañeras ordenando lo suyo, tenés que entrar temprano porque cualquiera te saca el mejor lugar. Coloqué el saco color beige sobre mi camisa blanca de seda que tanto me gustaba y me senté a esperar al resto que ya de a poco estaban acercándose. La luz que entraba desde los enormes ventanales hacia que me tranquilizara un poco, y la vista al cielo sin dudar era la mejor. Justo hoy está soleado. Lo único que me preocupa en este momento es haber tenido que crear una nueva idea sin el color que realmente quería.
-Hola, buenos días.- Saludo Vivian con su cara amargada por naturaleza, ella es nuestra encargada y es la que decide que idea presentar al alto mando. Es de pocos amigos y claramente su humor nunca es el mejor. Supongo que es una de las consignas que debes tener en cuanta para ocupar el cargo que lleva. Me pregunto si tendrá pareja.
-Buen día.- Dije sin prestarle atención alguna, mientras el resto iba entrando y saludando al mismo tiempo. De repente estaba la sala llena y yo con unos nervios de puta madre.
-Bueno, ya que estamos todos quería comentarles que como saben Amalia, Victoria y Carmen van a presentarnos algunas de sus ideas...- me sonrojé mientras Vivian me nombraba. -.. para esta temporada de verano, así que Carmen, si nos puedes comentar un poco sobre tu idea.- Dijo mientras se sentaba a un costado de la mesa enorme, y si no fuera por el saco rojo que lleva puesto se pierde entre toda la gente que vino a la reunión.
Me puse nuevamente a repasar, digamos que amo mi trabajo pero estás partes donde vienen inversionistas me pone tan nerviosa porque pareciera un concierto donde están todos amontonados y escuchando propuestas de gente que capaz nunca en la vida vio. Respiro profundo sin hacer caso de lo que está diciendo Carmen, sólo veo que sus labios pintado perfectamente de un color rosita delicado se mueven. Que por cierto va muy bien con el conjunto melocotón que traía puesto. Ella tenía buen gusto para la ropa y era una chica tímida pero muy sensual. Ahora que lo pienso no éramos de hablar, no sé por qué nunca la había invitado un trago o a salir como compañeras de trabajo.
De repente los aplausos me sacaron de mis pensamientos y me limite a aplaudir aunque no había escuchado en lo más mínimo la propuesta. Se levantó rápidamente Victoria y pasó al frente. Ella tenía una seguridad impresionante para todo lo que hacía, ojalá pudiera tener un poco de eso.
-Buenos días. Mi idea principal es centrarnos en los colores de la gama del violeta..- dijo después de conectar su power en la pantalla y pasar diapositivas para mostrar a qué gamas se refería. -Pero ustedes van a decir.. esto es muy de invierno, no nos dice nada. Lo sé. Pero observen cómo queda complementado con estos colores..-Siguió pasando diapositivas y en ellas se encontraba una serie de telas en las que de un lado estaba el morado y del otro acompañado con un naranja amarillento. Era raro pero me gustaba como quedaban juntos. Había presentado algo diferente. Joder.
Después de unos minutos terminó y yo me estaba quedando sin aire, no quería exponer delante de tanta gente pero era mi trabajo y debía hacerlo. Tomé coraje y luego de que ella tomara asiento me levanté y me dirigí al frente. Dejé mi libro de muestras sobre la mesa y conecté la notebook a la pantalla. No puse ninguna diapositiva pero sólo puse una imagen donde había frutas y colores.
-Buenos días..-me tembló la voz. Subí la mirada para dirigirme mejor a los presentes y me paralicé. Vi esos ojos otra vez. Mierda, mierda, mierda.
Él sólo sonrió. Si esto lo planeaba no me pasaba ni en mil años.
-Mi idea..- tartamudee recordando aquél sueño que me venía apareciendo en la cabeza estos últimos días. Tomé agua y respiré ondo. <Debes calmarte Amalia>.. A lo que retomé.-Mi idea para este verano es combinar los colores vivos que tal vez no se quieren mezclar tanto, o que la gente trata de no usar.. ir desde un amarillo vivo, naranja, mostaza y verde, verde lima.
Tomé los muestrarios que me habían preparado en "blue" y los fui pasando para que pudieran apreciar de mejor forma lo que quería exponer. Me puse algo nerviosa al recordar que el maldito amarillo no aparecía, pero nadie dijo nada al respecto.Me aplaudieron y regresé a mi lugar a guardar mis cosas. Vivian agradeció a todos por asistir y luego nos darían el visto sobre qué idea querían usar, luego de hablarlo con los inversionistas. Salí rápidamente de la sala, sin pensarlo, sin querer verlo.
Me preparé otro café y a mis espaldas escucho que alguien entra. Mierda.
-Hola, espero que no estés escapando de mi.- Se escucho una pequeña risa. Mi cuerpo se tensó luego de escucharlo y me di vuelta lentamente, mi mente no dejaba de volver a ese sueño.
-Hola, no tendría por qué hacer eso..-dije tímida. Tenía el cabello castaño perfectamente acomodado como aquella vez que me ayudó, ni un solo pelo levantado. Cortado en los costados y más largo en la parte de arriba pero para un costado. Lucía un traje color azul marino y una camisa blanca que le quedaban de puta madre. -Por cierto, gracias..
-Sólo ayudé a una dama en peligro.- Bromeó metiendo su mano en el bolsillo y lentamente sacó algo de dentro. Mis ojos se sorprendieron al distinguir el retazo de tela amarillo que había perdido, claramente quedó en el piso cuando salí corriendo de la vergüenza.
-Gracias nuevamente, pero por suerte no notaron la falta.
-Yo sí, cenicienta.- bromeó nuevamente y no pude evitar unirme ya que esto parecía un cuento pero con la diferencia de que no tuvo que buscar mucho a la dueña de aquello.
-¿Quieres un café?
-Claro, pero me gustaría que sea fuera de aquí. -me clavó su mirada y un escalofríos recorrió mi columna vertebral.
Nos interrumpió Vivian y salí de la cocina dejándolo sin una respuesta. Me ponía nerviosa ver tanta perfección y la idea de que ya me haya visto en la peor situación de mi vida y la más vergonzosa no ayuda mucho.
Ya en casa dejé los zapatos en la entrada donde solía dejarlos para no arrastrar toda la suciedad de fuera. Caminé hacia mi habitación y no pude evitar tirarme sobre la cama tratando que absorbiera todo lo que había pasado hoy y sólo me relajara. Sonreí al recordarlo bromeante y mi estomago largó un breve cosquilleo que no daba buena señal. No para mí que no quería volver a embobarme con nadie.
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Amalia
RomanceSoy Amalia, un desastre. Siempre meto la pata como si ese fuese mi único propósito en la vida. Suerte que tengo a mis amigos que son los aguantologos de mi vida, con ellos y unas noches en un bar no hay pena que sobreviva. Y de eso se trata la vida...